La adjudicación del Marítimo de Mahón a Trapsa Yates deja sin amarres a los propietarios de pequeñas embarcaciones
El proyecto dado a conocer hoy por la APB tras conceder el Muelle de Levante a la empresa del grupo Marsans revela que sólo habrá sitio para barcos de entre 10 y 30 metros // Una treintena de usuarios del Marítimo se han quedado ya sin puesto de atraque // La Asociación de Clubes Náuticos confía en que los tribunales restablezcan la verdadera legalidad tras un proceso plagado de actuaciones irregulares // La vela ligera e infantil, el piragüismo y las grandes regatas de Cruceros que organiza el Club Marítimo desaparecerán del puerto de Mahón
La adjudicación del Muelle de Levante del Puerto de Mahón a la sociedad Trapsa Yates supondrá la pérdida de todos los amarres de menos de 10 metros que actualmente oferta el Marítimo de Mahón, según consta en el proyecto presentado por esta empresa, el cual ha sido revelado hoy a los medios de comunicación por el presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), Francesc Triay.
Tal y como ya advirtió en su día la Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB), la concesión del Muelle a Trapsa Yates, que hoy se ha consumado tras un concurso plagado de irregularidades que deberían haber derivado en su nulidad, afecta directamente a la línea de flotación de la náutica deportiva social balear, al impedir el acceso al mar a los propietarios de embarcaciones menores.
La ACNB quiere recordar, en este sentido, que la APB no oferta amarres de gestión directa de más de 8 metros en el puerto de Palma, para, según palabras del propio Francesc Triay, "defender la náutica social". Ya vemos que, de acuerdo con sus propias tesis, a la APB no le ha interesado lo más mínimo defender este concepto en el caso del Marítimo de Mahón. De momento, una treintena de usuarios de base, con barcos menores de 10 metros (llaüts, veleros de pequeña eslora y lanchas), se han quedado sin amarre. Así defiende la APB el interés público.
Lo ocurrido hoy en el Consejo de Administración de la APB sienta un precedente gravísimo, por cuanto, bajo el pretexto de una legalidad abitraria que sólo analiza lo que le conviene, se han soslayado las evidentes irregularidades y supuestas ilegalidades perpetradas a lo largo de un proceso en el que el Club Marítimo de Mahón ha sido engañado y manipulado.
Francesc Triay ha censurado la actuación de su predecesor en el cargo, Joan Verger, al que ha responsabilizado de la demora de más de 4 años en la resolución del concurso, y con ello ha venido a dar la razón a quienes hemos solicitado la nulidad de pleno derecho del procedimiento administrativo. Si hubo negligencia, si se revelaron actuaciones secretas, si se instó desde la Administración a una de las partes a retirar unos pleitos para hacer efectivo un acuerdo al margen de la Comisión Técnica, ¿por qué ha resuelto la APB el concurso como si nada hubiese pasado? ¿Esa es la legalidad que defiende la Autoridad Portuaria?
La ACNB confía en que los tribunales de justicia restablezcan la verdadera legalidad y en que finalmente se imponga el sentido común. No sólo está en juego la línea de atraque del Muelle de Levante, sino la salud de un Estado de Derecho que no puede permitir actuaciones y conductas como las que se han producido en este concurso.
El Club Marítimo de Mahón, con más de 80 años de experiencia en la promoción de la cultura del mar, es, desde esta mañana, el primer club náutico que sucumbe al modelo de náutica recreativa elitista que pretenden imponer en España el Ministerio de Fomento a través de Puertos del Estado. El Govern, con los votos favorables a la oferta de Trapsa Yates, ha entrado en una clara contradicción respecto a la política que aplica en los puertos de su competencia, mientras que otras asociaciones del sector náutico han sido partícipes de una decisión que pone al borde de la extinción (los amarres suponían el medio para su supervivencia) a una entidad social sin ánimo de lucro que cuenta, entre otros, con el apoyo incondicional del Ayuntamiento de Mahón y de los principales agentes sociales de menorquines. La vela ligera e infantil, el piragüismo y las grandes regatas de Cruceros que organiza el Club Marítimo desaparecerán del puerto de Mahón si los tribunales no lo remedian.
La ACNB desea, por último, destacar la lección de coherencia y de servicio a la comunidad en el ejercicio de la función pública del senador por Menorca Arturo Bagur al apoyar al Club Marítimo de Mahón hasta las últimas consecuencias.
La Confederación Española de Asociaciones de Clubes Náuticos (CEACN), de la que es miembro la ACNB, analizará el caso de Mahón en su Junta Directiva del próximo sábado en la isla de Lanzarote. Los 23 clubes de Baleares, que representan a 15.000 familias, se reunirán en asamblea extraordinaria el 17 de octubre para decidir las acciones de apoyo al Marítimo de Mahón.