La Agencia de Puertos de la Junta de Andalucía sube las tasas de atraque un 30%
Una embarcación que pagó 1.800 euros en 2011 tendrá que abonar 2.400 en 2012 · Indignación entre los pescadores deportivos y usuarios de la náutica recreativa.
Los usuarios de los puertos de Andalucía, gestionados por la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), alertaron ayer "del aumento de las cuotas en un 30% respecto al año anterior" tras modificar las bonificaciones, y pusieron como ejemplo que "un atraque que el año pasado pagaba algo menos de 1.800 euros este año paga algo más de 2.400".
Esta subida posiblemente provocará el efecto de que muchos usuarios abandonen los puertos como ya está ocurriendo en los onubénses Punta Umbría y Mazagón y podría poner en peligro los puestos de trabajo del personal de administración y marinería que trabajan allí.
La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda, aprobara el Decreto 368/2011, de 20 de diciembre, por el que se establece el régimen jurídico de los servicios públicos portuarios, de las actividades comerciales e industriales, y de las tasas de los puertos de Andalucía, siendo publicado en el BOJA de fecha 31 de diciembre de 2011 para su entrada en vigor el día 1 de enero de 2012.
En este punto, y tal y como refleja el BOJA, "la existencia de listas de espera en cada puerto será incompatible con la aplicación de la bonificación para promover la demanda prevista".
Desde diferentes asociaciones náuticas recreativas y de pescadores deportivos, expresan su "rechazo e indignación ante la subida encubierta que ha supuesto la entrada en vigor de un Decreto que viene, una vez más, a dar un durísimo golpe a las economías, ya maltrechas, de los propietarios de las pequeñas embarcaciones a los que afecta de manera tan directa".
Un deporte como la pesca desde embarcación, que cuenta con numerosos campeones nacionales e internacionales en la comunidad andaluza, como los vigentes campeones de España de curricán de altura, corre serio peligro al ser tratado como un deporte para ricos.
Es la errónea máxima que tiene mucha gente que considera al poseedor de un barco como una persona adinerada cuando la realidad es que la inmensa mayoría de propietarios son personas que trabajan como asalariados o como autónomos, que compran sus embarcaciones con créditos y que tienen que hacer grandes sacrificios para poder mantener su afición, la pesca o al simple placer de navegar.