La flota de transporte de gases licuados ha duplicado su capacidad de carga en diez años y alcanzará los 100 millones de m3 en 2017
No hace mucho tiempo el sector gasero era considerado como un nicho relativamente poco importante dentro del transporte marítimo mundial, sin embargo, en las últimas dos décadas, ha sido uno de los que ha crecido más rápidamente. Clarksons ha publicado un artículo en el que analiza como dicho sector ha ganado relevancia y ‘se ha hecho mayor’, enumerando algunas de las subidas y bajadas a lo largo del camino.
En 2015, la flota de transporte de gases licuados (gas natural licuado, GNL y gas licuado del petróleo, GLP) suponía el 5% del total de GT de la flota mundial y sólo el 3% de los volúmenes transportados por vía marítima. Para muchos pueden ser cifras poco importantes, ya que se ven claramente superadas por las de otros sectores. Sin embargo, tras un periodo en el cual la flota total de buques gaseros ha mantenido un rápido crecimiento, el año que viene alcanzará los 100 millones de m3 de capacidad de carga, más del doble que a finales de 2007. En el mismo periodo la flota mundial ha crecido un 56%.
Según Clarksons, después de la expansión del comercio de GNL durante la década de los 90, se produjo un exceso construcción de terminales de exportación de gas. Consecuentemente crecieron los contratos de construcción de buques de transporte de GNL, que llegaron a su máximo anual en 2004 con 10,9 millones de m3. Este crecimiento continuado de la flota, de un 15% anual de media, entre los años 2000 y 2008, llegó hasta 40,3 millones de m3 a finales de 2008.
Por su parte, la flota de buques de GLP se mantuvo más constante, aunque el comercio si creció, apoyado por el aumento de las exportaciones de Oriente Medio y Europa. Entre 2000 y 2008, la capacidad de GLP aumentó de 13 a 18 millones de m3, con una tasa de crecimiento del 4% anual de media. Durante este periodo la capacidad combinada de transporte de gases licuados crecieron un 10% anual de media, hasta 58,2 millones de m3 a finales de 2008.
Tras la recesión económica, la construcción de plantas de licuefacción se redujo, lo cual limitó el crecimiento de la flota de buques de transporte de gases licuados. Entre 2008 y 2014, la capacidad combinada de la flota creció mucho menos: un 6% anual de media. Este crecimiento fue incluso menor durante los años 2011 y 2012.
Sin embargo, a partir de 2015 el crecimiento de la flota ha vuelto a acelerarse. Las nuevas construcciones de plantas de licuefacción estos últimos años y la búsqueda de un futuro energético más limpio han favorecido un aumento de los pedidos de metaneros. Mientras que las nuevas técnicas de fracking en los EE.UU. y el aumento de capacidad de las refinerías en otros lugares del mundo han provocado un aumento de los GLP. En total, en el periodo entre 2014 y 2015 los contratos de nuevas construcciones de gaseros sumaron 26,1 millones de m3 provocando un crecimiento de las flotas del 32% en los gaseros GLP y del 12% en los GNL.
En resumen, a pesar de su cuota relativamente limitada respecto del tonelaje y el comercio marítimo mundial, el transporte de gases licuados resulta mucho más importante desde otros puntos de vista. Los gaseros suponen hoy en día el 15% en CGT de la cartera de pedidos de los astilleros, con un valor de la flota estimado de 78.000 millones de dólares, el 9% del total de la flota mundial. Con una tasa de crecimiento anual acumulativo del 8% en los últimos 20 y los 100 millones de m3 de capacidad a la vuelta de la esquina, se puede decir que el sector del transporte de gas ha alcanzado su mayoría de edad.