La crisis obliga a los clubs náuticos de la costa tarraconénse a apostar por el alquiler de amarres
Es la mejor fórmula para hacer frente a la bajada de socios y a la venta de embarcaciones y amarres en los puertos
Como no podía ser de otra manera, los clubs náuticos de la costa de Tarragona también están notando la crisis. Probablemente en menor medida que otros sectores, aunque el descenso de socios y el aumento considerable de amarres a la venta es el mejor reflejo de que la delicada situación económica también ha afectado a los amantes de la náutica.
Así lo confirman los gerentes de los dos clubs náuticos más importantes de la Costa, que en los últimos tres años han detectado un descenso de su actividad económica y han tenido que buscar fórmulas que se adaptaran a las peculiaridades de esta nueva conjetura económica. Una de las que mejor rendimiento está dando es el alquiler de amarres, frente a un descenso de las ventas y a un aumento de los socios interesados en deshacerse de sus amarres y embarcaciones.
En el caso del Club Nàutic de Cambrils, tan sólo hace tres años contaba con el 100% de los amarres ocupados y no había posibilidad alguna de acceder a uno de ellos. Así lo asegura Fabián Escudé, gerente del Club Nàutic de Cambrils, quién reconoce que el número de amarres disponibles ha ido en aumento desde el inicio de la crisis. «Hacía muchos años que nuestra ocupación del puerto era del 100%, pero desde el inicio de la crisis han sido muchos los que han optado para poner sus embarcaciones y sus amarres a la venta», comenta. A pesar de ello, los efectos de la crisis –añade Escudé– no siempre son negativos y en este caso «ha tenido un efecto curioso ya que no ha permitido poder dar acceso a gente que no es socio, que le gusta la náutica y que hace tres años no podría haber accedido al Club Nàutic», explica.
La fórmula elegida ha sido poner en alquiler temporal (habitualmente suele ser de un año) aquellos amarres que están en venta y así, dar la oportunidad a nuevos clientes a la vez que el náutico puede sacar un rendimiento económico. Y es que en el caso de Cambrils, aunque los propietarios de amarres compran el derecho de uso y no el de explotación. Éste último corre a cargo del Club Nàutic, lo que permite que sea la propia entidad quién los ponga a alquiler. Eso permite a su vez que los precios sean más asequibles. Un alquiler anual de un amarre (de una embarcación de 8 metros de eslora) en Cambrils está entorno a los 3.500 euros.
En Salou ocurre una situación similar. Según Josep Segué, gerente del Club Nàutic de Salou, tras el ligero descenso de socios, el club ha optado por ofrecer alquileres de amarres a gente que quiere alquilarlo de una forma temporal. Igual que sucede en Cambrils los alquileres suelen ser anuales y están entorno los 4.709 euros. Otra de las razones del atractivo del alquiler –explica Segué– es que, teniendo en cuenta que el 52% de los puertos catalanes finalizan su periodo de concesión en 2017, «mucha gente no quiere arriesgar a comprar, ya que tendría muy pocos años para amortizarlo y por ese motivo optan por el alquiler», comenta.
Nuevos perfiles
La apuesta por la oferta de alquileres ha provocado que los clubes náuticos reciban ahora un nuevo perfil de cliente. Se trata de gente joven, con experiencia en el mundo de la náutica y que aprovecha la situación para poder acceder a un amarre para embarcaciones pequeñas. «Antes pasaba que mucha gente con dinero se compraba un barco, pero desconocía todos los gastos que esto implica más allá del amarre y la propia embarcación. Cuando han llegado tiempos de crisis estos dispendios se han echo mucho más complicados de asumir», comenta Escudé. Este nuevo perfil de cliente –coinciden ambos gerentes– son conocedores del sector y por ven en el alquiler una excelente oportunidad.
Fuente: Diari de Tarragona