El Club Náutico de Altea pide al Consell que ponga fin a la incertidumbre sobre su futuro y renueve la concesión
La directiva del Club Náutico de Altea pide a la Generalitat que ponga fin a la incertidumbre que supone trabajar y programar actuaciones sin saber con certeza si la Generalitat renovará la concesión administrativa de las instalaciones, que expiró en septiembre de 2000. El requerimiento se produce seis meses después de que el Ayuntamiento de la ciudad aprobara por unanimidad una moción a favor del Club, en la que se instaba al Consell a resolver la situación de forma favorable a una entidad sin ánimo de lucro que destaca por su proyección social y una gestión reconocida tanto en el mundo del deporte como en políticas medioambientales.
“El Club Náutico de Altea puede desaparecer después de treinta años de su constitución en 1977”. De esta forma arrancaba una moción de urgencia debatida y aprobada por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento de Altea celebrado el 24 de octubre de 2007, en la que la institución pública, haciéndose eco del deseo de los integrantes del mundo de los deportes náuticos y de la inmensa mayoría de ciudadanos del municipio, reclamaba la renovación de la concesión administrativa a favor del Club Náutico.
El contenido de la moción fue el resultado del consenso entre los portavoces de los cuatro partidos políticos que integran la Corporación Municipal de Altea (Verónica López por el PSPV-PSOE, Jaime Sellés por el PP, Pepa Narbó por el BLOC y Carolina Punset en representación Ciudadanos por Altea –CIPAL-), lo que se traduce en el más amplio respaldo institucional a una entidad sin ánimo de lucro para que mantenga su actividad y su gestión en unas instalaciones que organismos públicos y privados han calificado de “modélicas”.
Para que eso sea posible, la Conselleria de Infraestructuras debe modificar el pliego de condiciones del concurso público para adjudicar la concesión, cuyas cláusulas priman hoy criterios puramente economicistas frente a los sociales, deportivos y medioambientales.
Y eso es precisamente lo que reclamó formalmente el Ayuntamiento de Altea: instar a la citada Conselleria a modificar las bases del concurso, y que se conceda prioridad a las entidades sin ánimo de lucro en las concesiones administrativas de las instalaciones náuticas de la Comunidad. Seis meses después, todos en Altea se mantienen a la espera de y una respuesta.
SIETE AÑOS DE INCERTIDUMBRE
Treinta años después de su constitución en 1977, el Club Náutico de Altea corre peligro de desaparecer al haber expirado la concesión administrativa que le concedió en su día el Gobierno Central. La renovación, en esta ocasión competencia de la Conselleria de Infraestructuras de la Generalitat Valenciana, está sujeta ahora a un concurso público cuyas bases no son nada favorables a la continuidad del Club. En la convocatoria priman los criterios puramente economicistas, en detrimento de la gestión, y por ende de las sociedades sin ánimo de lucro.
El nuevo concurso se traduce, de facto, en una sentencia a muerte para el Club Náutico de Altea (con más de 1.000 socios) y resto de clubes náuticos de la Comunitat valenciana. Las bases del concurso priman a las empresas privadas (marinas deportivas), pese a que el articulado de la Ley del Deporte concede prioridad en las concesiones a entidades no lucrativas.
La concesión administrativa concedida por el Estado al Club Náutico de Altea finalizó en septiembre de 2000. Desde entonces, las instalaciones han funcionado a golpe de autorizaciones administrativas que se han renovado semestralmente hasta septiembre de 2006, fecha en que la Conselleria comunicó oficialmente que a partir de entonces la renovación se tramitaría mes a mes, generando la lógica incertidumbre y desazón en los trabajadores, sus familias y los socios.
El Club Náutico de Altea es una sociedad sin ánimo de lucro, lo que implica que todos sus beneficios se reinvierten en la propia entidad para el pago de nóminas, obras de mejora y la promoción del deporte base.