Océana: Los descartes constituyen uno de los principales problemas de las pesquerías mundiales.
El periódico The Guardian hizo públicas hace unas semanas las imágenes de un barco británico descartando más del 80% de su captura. Es la primera vez que esta práctica ha sido documentada de forma tan explícita. Las más de 5 toneladas lanzadas por la borda fueron pescadas en aguas noruegas, donde están prohibidos los descartes, para ser luego descartadas en aguas comunitarias donde sí se autoriza esta práctica.
Los descartes constituyen uno de los principales problemas de las pesquerías mundiales. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, en inglés) los define como “la parte de la captura que se devuelve al mar por cualquier motivo”.
La falta de reglamentación en la mayoría de los caladeros ocasiona que gran parte de la captura sea devuelta al mar, muerta o con pocas posibilidades de sobrevivir, al tratarse de especies no comerciales, protegidas o haber completado el barco la cuota de pesca que le correspondía. En algunos casos, incluso, esta práctica es tan inmoral que se descartan organismos perfectamente válidos para el mercado para hacer sitio en el barco a ejemplares que tengan más valor de venta.
En la Unión Europea se producen cada año alrededor de 1.400.000 toneladas de descartes, lo que representa el 20% del total mundial. Ricardo Aguilar, Director de Investigación y Proyectos de Oceana Europa, constata la gravedad de estas cantidades: “El desperdicio de recursos pesqueros es un problema global, pero la magnitud que alcanza en aguas europeas es inadmisible, máxime cuando el 88% de las poblaciones de los caladeros de la UE están sobreexplotadas. No se entiende cómo se puede admitir esto y permitir que en algunas zonas, como el Mar del Norte, una cantidad equivalente al 10% de la biomasa pesquera de todo el área sea descartada, despilfarrada por completo”.
En el Mar del Norte se concentran varias de las pesquerías con mayores porcentajes de descarte. Casi un millón de toneladas de especies como el bacalao, eglefino, merlán, solla o lenguado son descartadas debido a la incapacidad de la UE de instaurar una gestión adecuada. La Comisión Europa se encuentra desarrollando dos reglamentos sobre descartes, uno de los cuales incluirá el requerimiento a la flota de reducir las capturas accidentales en la pesquería de arrastre de vara de peces planos en esas aguas, donde el 70% de las capturas son descartadas.
Sin embargo, la organización internacional de protección marina Oceana, se muestra escéptica frente a este planteamiento y defiende la puesta en marcha de un conjunto de medidas más ambiciosas. Entre ellas destaca la implementación de una prohibición de descartes, una política que ya funciona con éxito en Noruega.
Noruega lleva más de 25 años gestionando su política en materia de descartes con determinación y adoptando medidas que han conseguido que los índices de descarte se sitúen por debajo del 4%, frente al 14.6% en aguas comunitarias (véase ilustración inicial). Muchas de las medidas de la gestión pesquera noruega van encaminadas a asegurarse que no capturen los individuos que no se quieren. Así, el marco reglamentario prohíbe descartar las principales especies comerciales en aguas noruegas lo que fuerza a los pescadores a mejorar la selectividad de las artes; obliga a cambiar de zona de pesca cuando la presencia de juveniles se considera alta o las capturas accidentales no deseadas comienzan a ser relevantes y se realizan vedas temporales en cuanto se considera necesario para mantener el buen estado de los recursos.
La proximidad de este modelo de gestión no parece resultar un ejemplo a seguir en la Comunidad Europea. Existen acuerdos bilaterales para permitir que tanto barcos de la UE como de Noruega pesquen en ambas aguas. Sin embargo, sucesos como el del arrastrero británico descartando pescado ponen de relieve la necesidad de mejorar esta cooperación. Los barcos comunitarios pescan en aguas noruegas, donde la prohibición de descartes está vigente, para después salir de la zona y deshacerse de esas capturas.
Xavier Pastor, Director de Oceana Europa, considera que: “bajo la política pesquera comunitaria no solo no se están gestionando adecuadamente los caladeros de la UE sino que, además, colabora en destruir la eficacia de una de las políticas de descartes mas avanzadas a nivel mundial”.