Ballenas grises del Pacífico Oeste han obtenido una victoria
Las ballenas grises del Pacífico Oeste han obtenido una victoria clave en la lucha por su supervivencia, tras la decisión de modificar el tendido de un oleoducto en las costas de la isla rusa de Sajalín, refugio ancestral de estos cetáceos.
La Compañía de Energía de Sajalín, ligada al gigante energético Shell, ha dado un respiro al último centenar de ballenas grises del Pacífico Oeste, también llamadas "Ojotsk coreanas", que, al borde de la extinción, tienen en los bancos de kril de Sajalín su principal fuente de alimentación en verano.
La empresa, encargada de la prospección de crudo en una de las mayores reservas petrolíferas de Rusia, anunció este fin de semana que modificará el plan de construcción del oleoducto que amenaza uno de los comederos de los legendarios cetáceos.
El yacimiento "Piltun-Astojskoye", donde hay inmensas reservas de gas y petróleo, está situado en uno de los abrevaderos favoritos de las ballenas grises.
El tendido del oleoducto habría obligado a la compañía a cavar profundas zanjas en el lecho marino y las vibraciones de los taladros habrían asustado a las ballenas que se alimentan en la zona. La ballena gris, incluida en el "Libro Rojo" ruso de especies en peligro de extinción, de adulta puede alcanzar los 14 metros de longitud y pesar entre 20 y 40 toneladas. Su migración es uno de los mayores misterios zoológicos que todavía persisten, al trazar la ruta migratoria más larga seguida por mamífero alguno.
Efecto acústico
La Compañía de Energía de Sajalín se ha comprometido ahora a continuar sus investigaciones sobre el efecto acústico que tienen los trabajos de prospección en las poblaciones de cetáceos.
El tendido de oleoductos en esa zona clave para el desarrollo energético del Este de Rusia y en el que están interesadas empresas británicas y norteamericanas, sólo continuará en áreas donde hasta el momento no se ha divisado ballena alguna. Estudios científicos indican que más del 80% emigran súbitamente si son sometidas a pruebas sísmicas por encima de los 130 decibelios.
Los sondeos sísmicos afectan sobre todo a las hembras y crías de ballena gris, conocida antaño por los marinos como el "pez diablo" por la ferocidad con que los ejemplares adultos defienden a los ballenatos.