200.000 crías de foca, atrapadas por hielo en el mar Blanco
Articulo publicado en masmar. primavera 2001.
Una barrera helada se levanta ante el futuro de más de 200.000 crías de la denominada foca de Groenlandia (‘Phoca groenlandica’). Nacidos en el mar Blanco, los cachorros permanecen atrapados sobre unos témpanos que hace dos meses tenían que haber empezado a derivar hacia el sur del mar de Barents, la zona de alimentación de estas focas en primavera. Sin embargo, la anormal meteorología reinante en Rusia este año ha retrasado el movimiento de los hielos y las crías están condenadas a morir de hambre.
No hay nada que podamos hacer para ayudarlas», ha indicado Vladimir Potyelov, del Instituto Ruso de Investigación Polar para las Pesquerías y la Oceanografía. En su opinión, «a lo sumo, podemos salvar a 5.000 animales». Una cantidad ínfima de los más de 200.000 ejemplares -algunas estimaciones hablan de hasta 300.000- que han nacido en los últimos meses sobre el hielo flotante del mar Blanco.
Los témpanos -y con ellos los cachorros- empiezan, normalmente, su viaje anual hacia el Norte a principios de marzo. Durante las seis semanas de travesía, las madres alimentan a las crías hasta que, una vez al sur de mar de Barents, éstas -cuyo pelaje se ha tornado ya gris frente al blanco de nacimiento- pueden hacerlo por sí mismas y dedicarse a la captura de un pez de la familia del salmón.
A pesar del empuje de las aguas de tres grandes ríos -Dvina, Mesen y Onega- que desembocan en el Mar Blanco, un inusual, en estas fechas, viento del norte ha convertido este año en un cuello de botella helado el estrecho que comunica con el de Barents, lo que ha impedido que los témpanos en los que viven las crías se trasladen hacia el Norte cuando es habitual. El viaje se ha retrasado -las masas de hielo han empezado a moverse ahora-, las madres hace tiempo que abandonaron a los cachorros a su suerte y éstos no tienen qué comer. «Como no están adaptados a la vida en el mar Blanco, su muerte en masa por hambre es inevitable», sentencia Potyelov.
Ya ocurrió algo similar en 1966. Entonces, murieron unos 300.000 cachorros de foca, el 60% de los nacidos.