El 'Prestige' deja una mancha de 37 kilómetros a 5 millas
Índice del artículo
- Marea Negra del Prestige
- Una mancha de fuel de nueve kilómetros rodea el buque
- Tres deficiencias en el último control en un puerto europeo
- El Gobierno pide colaboración internacional para minimizar daños
- 600 petroleros al día frente a Galicia
- Los marineros del Prestige
- Un accidente de difícil explicación
- Noticias a las 18:00 del 14-11-2002
- El 'Prestige' deja una mancha de 37 kilómetros a 5 millas
- El 'Prestige' corre el riesgo de partirse en dos
El «Prestige» es escoltado por la Armada hasta 120 millas y no podrá atracar en ningún puerto español,
-Una marea negra de 3.000 toneladas amenaza seriamente el litoral La empresa que reflotó el 'Kursk' asume el rescate.
Una marea negra de 3.000 toneladas amenaza seriamente el litoral. En un día de enorme tensión, el equipo de rescate logró que el petrolero recuperase su autonomía para salir de las proximidades de la costa hacia las 120 millas, una distancia que debía alcanzar a las cuatro de la madrugada de hoy. Para el recuerdo quedarán, además de los efectos de la marea (aún por cuantificar), el terror de los vecinos de la Costa da Morte, que al amanecer vieron desde sus casas al buque acercándose, debido a que durante la noche fue imposible amarrarlo por el mal tiempo y las maniobras dilatorias del capitán.
El buque estuvo durante horas a sólo cuatro millas de Muxía.
El capitán se negó durante la noche a permitir que remolcasen el barco.
El naufragio y rescate del Prestige llevó el miedo a los habitantes de la marinera villa da Virxe da Barca (Muxía), desde sus ventanas temiendo lo peor contemplaron la proximidad del petrolero con el remolcador Sertosa 32 aguantando al buque durante horas a cuatro millas de la villa tanto por la acción del mar, sino también por la obstinación del capitán, el griego Apostolus Maguras.
Éste se negó durante horas a permitir que los remolcadores se pusiesen en acción. ¿El motivo? El dinero. A las nueve de la noche del miércoles, seis horas después del suceso, Maguras discutía con los encargados de enganchar el buque el precio del segundo remolque, necesario para trasladar el petrolero mar adentro. El Tribunal Marítimo Central español suele fijar para estas operaciones un «premio» consistente en una cantidad que oscila entre el 10 y el 30% del valor del barco y su carga, un precio que el armador consideraba excesivo y se negaba a pagar.
Los técnicos de Salvamento veían cómo el fuerte oleaje y las corrientes acercaban el barco, y su carga, a la costa. Paradójicamente, en el Ministerio de Fomento aseguraban en ese momento que la situación empezaba a estar controlada y que, en breve, se comenzaría a distanciar la nave de Galicia.
Presiones al capitán
Una vez que se hubo «convencido» al capitán (en realidad éste cedió ante las presiones de una actuación judicial), los intentos de los remolcadores por largar y hacer firme las estachas del remolque fueron estériles. Una tras otra, faltaban por la intensa actividad de la mar.
El paso de las horas evidenció la gravedad de la situación. El Prestige se fue acercando a la costa arrastrado por las corrientes hasta que, a las ocho de la mañana de ayer, el Sertosa 32 logró enganchar un remolque y dar el primer paso importante en el rescate. Apenas a7.200 metros separaban al barco de la piedra de abalar.
Las cuatro horas siguientes fueron igual de tensas: helicópteros, remolcadores, la fragata Cataluña ... Todos los medios eran pocos para controlar una situación de extremo peligro. El primer respiro serio llegó cuando faltaban quince minutos para la una del mediodía. El Ría de Vigo consiguió hacer firme una estacha al petrolero y, junto al Sertosa 32 , alejar unas millas al buque de la costa.
Los motores del petrolero podían activarse, pero el capitán se negó a hacerlo. La respuesta oficial fue escueta: en este caso no hubo negociación. La situación de alarma era total en todas las esferas de la Administración y al obstinado marino griego no le quedó otra que aceptar las órdenes de los técnicos que coordinaban el rescate. Fuentes del operativo señalaron que Apostolus Maguras pudo negarse a activar las máquinas consciente de que la intención de las autoridades era trasladar el petrolero a alta mar.
La llegada de los técnicos de la firma holandesa Smit que reflotó en su día el submarino ruso Kursk en colaboración con la firma Mammoet, abrió una nueva etapa en el rescate del Prestige . La empresa reemplazará a toda la tripulación. Ya tiene a diez de sus hombres a bordo (cinco holandeses y cinco españoles) e intentará llevar el barco a buen puerto. Le va en el sueldo. Si se hunde no cobrará. Sólo percibirá su remuneración si salva el buque o la carga. E objetivo de la firma, es poner en marcha un plan de actuación que considerará entre otras, dos posibilidades: trasvasar el fuel a otra nave o conducir el barco a un puerto que acceda a recibirlo.
Escolta
Lo que ya está confirmado es que el posible puerto de destino del Prestige no será español. Así lo aseguró ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa, que matizó que tampoco irá a Gibraltar. Tres remolcadores y la fragata de la Armada Cataluña prestan apoyo y escoltan al buque, que navega con sus motores hacia las 120 millas de la costa gallega tras un complejo rescate que se prolongó durante más de 24 horas.
Las órdenes que tiene el capitán del Prestige le obligan a navegar a 120 millas de la costa española, una distancia que permitiría a los helicópteros de Salvamento llegar a la zona en caso de hundimiento. Inicialmente, el máximo responsable de la embarcación se negó a acatarlas (algo que ya había hecho el día anterior), aunque finalmente se vio obligado a aceptarlas. La fragata Cataluña , que colaboró en las tareas de rescate desde por la mañana, controlará que no traspase esta distancia.
A última hora de ayer, el buque se encontraba a más de 45 millas de la costa gallega, con rumbo noroeste y a una velocidad de siete nudos. Su llegada al punto impuesto estaba prevista para las cuatro de la madrugada de hoy. Fuentes oficiales señalaron que los peligros derivados del barco (principalmente nuevos derrames de fuel) «estarán mitigados en gran medida a esta distancia».
Harina de otro costal son las consecuencias de la marea negra provocada por las 3.000 toneladas de combustible que el Prestige vertió a las costas gallegas. La mancha de combustible cubre una superficie de 37 kilómetros de ancho y unos 200 metros de ancho.
Cuantificar los daños
Según confirmó el Ministerio de Fomento, la marea se ha dividido en dos, una al oeste del cabo Vilán y otra en las proximidades del cabo Touriñán, y ambas se encuentran ya a una distancia de la costa que oscila entre las dos y cinco millas. Una comisión de expertos trabaja desde ayer en analizar los posibles efectos de estas manchas y determinar las medidas para evitar un desastre medio ambiental.
En principio, Fomento dispone ya de unos 7.800 metros de barreras y trece skimers (aparatos de bombeo) para hacer frente a la marea, aunque al cierre de esta edición todavía se estaban decidiendo las zonas en las que se desplegarán los sistemas de contención.
Las autoridades confían en que esta mancha se desplace hacia el noroeste y se aleje de las costas gallegas en dirección al Reino Unido, aunque dependerá de las condiciones meteorológicas. El parte del Instituto de Meteorología para hoy prevé un mar de fondo de noroeste con olas de tres a cuatro metros que traería el fuel a la comunidad, pero, en contrapartida, anuncia un viento de suroeste fuerza cuatro que lo alejaría. En caso de que la mancha se dirija finalmente a Galicia en la Costa da Morte se ha puesto en marcha un dispositivo para desplegar, hoy al amanecer, barreras anticontaminantes.