Las toxinas están presentes
El incremento de las evidencias sugiere que las sustancias tóxicas han podido colocarse en cada uno de los peldaños de la cadena alimenticia del mar, suceso que podría estar detrás del menor crecimiento en los salmones, así como ser los responsables de la aparición de problemas reproductivos en toda una pléyade de especies marinas.
Las zonas del mar en que los metales tóxicos y sustancias orgánicas han sido reiteradamente vertidas permanecen “calientes” durante muchos años, en los cuales las especies marinas no hacen otra cosa que acumular esos tóxicos en sus tejidos grasos.
El grupo ecologista “People for Puget Sound” ha publicado recientemente toda una compilación de informes científicos sobre sustancias tóxicas que fueron vertidas en Puget Sound. Dicho trabajo trata de demostrar a las autoridades legislativas estadounidenses de que se debe eliminar la utilización de las sustancias tóxicas que acaban siendo vertidas en el mar.
“Lo que conocemos de estas sustancias es que provocan desarreglos en el sistema endocrino de las especies debido a que se acumulan en sus tejidos, puesto que no éstas no se destruyen de forma natural en los ecosistemas”, afirmó Kathy Fletcher, directora de esta organización. Mientras que la relación directa entre las toxinas encontradas en los animales marinos y las de los sedimentos es bien conocida, las evidencias encontradas sugieren que la zona objeto del estudio está menos contaminada que lo que lo estaba hace una generación. De esta forma son muchos los expertos que afirman que no es fácil dibujar una línea directa entre la contaminación y los problemas detectados en los animales marinos.
“La cuestión que surge de estos avances es la siguiente: ¿Cuáles son los niveles de contaminación a partir de los cuales debemos preocuparnos de la salud ambiental de una zona? Pregunta Usha Varanasi, director del Northwest Fisheries Science Center. Según este investigador, “en algunos casos conocemos con toda certeza los efectos que diversos tóxicos causan en un pez. Pero cuando se analizan los efectos sobre las poblaciones de éstos nos encontramos que no existen muchos estudios en los que documentarnos”.
Por ejemplo en orcas, salmones, arenques, platijas y otras serie de peces se han encontrado diferentes grados de PCB, DDT, dioxinas, mercurio y plomo. Por el momento las orcas, salmones y los arenques están reduciendo sensiblemente sus poblaciones, mientras que otras especies que también se ven afectadas por estos tóxicos permanecen todavía estables. “En otras palabras, el impacto global de la contaminación todavía no está claro”, declaró Varanasi.
En otro ejemplo, los estudios han mostrado que las focas presentes en el puerto de Puget Sound, USA, tienen 7 veces más PCB en su grasa que las focas del estrecho de Georgia. Peter Ross, un toxicólogo marino, ha explicado recientemente que el incremento en la contaminación de las focas de Sound está directamente relacionada con los contaminantes presentes en los lodos del puerto, y no depende tanto de la dieta de estos mamíferos.