Científicos constatan tensiones geológicas en Cantábrico
La zona cantábrica sigue sufriendo tensiones geológicas derivadas del choque de las placas africana y euroasiática, que son el origen de los terremotos que se registran periódicamente en la zona. Ésta es una de las primeras y más novedosas conclusiones de la campaña de recogida de datos realizada por el Buque Oceanográfico de la Armada Hespérides.
Responsables del proyecto de Reconocimiento Geológico y Geofísico del Margen Continental Noribérico: Estudio Integrado de las Cuencas Sedimentarias y Evolución Geodinámica del Golfo de Vizcaya y la Cordillera Pirenáico-Cantábrica (Marconi) ofrecieron ayer a bordo del buque atracado en el puerto de El Musel una rueda de prensa en la que mostraron su satisfacción por los logros de la campaña desarrollada en los últimos veinte días.
El capitán de fragata y comandante del Hespérides, el asturiano Francisco Jardón, presidió la reunión con los medios de comunicación, en la que participaron los responsables científicos de la campaña, Javier Álvarez Pulgar y Josep Gallart, así como el responsable del equipamiento del buque oceanográfico español, Juan José Doñabeitia.
En un primer análisis, los científicos han constatado la aparición de relieves en el fondo abisal del Golfo de Vizcaya y a una profundidad de unos 4.700 metros, lo que demuestra, según Pulgar, que "las tensiones que dieron origen a los Pirineos y la Cordillera Cantábrica siguen activas y tienen que ver con la frecuencia moderada de terremotos en estas zonas".
El investigador de la Universidad de Oviedo también resaltó la constatación de "la presencia de cuencas sedimentarias muy estables o el margen de deformación geológica submarina muy abrupto, que tiene que ver con el paisaje montañoso terrestre originado hace 30 o 40 millones de años, cuando nacieron los Picos o los Pirineos". Estos datos permitirán conocer mejor la sismicidad del norte de España o medir el crecimiento de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.
Sobre la denuncia ante una posible relación entre la campaña científica y la aparición de calamares gigantes muertos en las costas asturianas, Pulgar afirmó que "no hay evidencias científicas", y además recordó que sus técnicas "son utilizadas desde hace treinta años en todo el mundo por su escasísimo impacto medioambiental".
Pulgar explicó que el objetivo de la campaña, cuyo análisis de datos se prolongará varios años, fue "adquirir datos geofísicos sobre la gravedad y el magnetismo terrestre, sísmicos para conocer el subsuelo marino, o de profundidad para realizar mapas de los fondos y con todo ello caracterizar el margen continental cantábrico