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Caso Prestige. Repercusiones económicas

La marea negra del Prestige amenaza los puestos de trabajo de cerca de 120.000 gallegos, empleados en sectores que dependen directa o indirectamente del mar en toda la comunidad. Así se desprende de los datos aportados ayer por María do Carme García Negro y Xoán Ramón Doldán García, directores del Equipo de Investigación de Economía Pesqueira e Recursos Naturais de la Universidad de Santiago, que auguran serias complicaciones para la economía gallega.

Según una primera valorización de las consecuencias del naufragio del petrolero de Bahamas, que toma como referencia catástrofes anteriores como el accidente del Mar Egeo en A Coruña en 1992 y del Exxon Valdez frente a las costas de Alaska en 1989, los estudiosos creen que se puede hablar de «consecuencias gigantescas» para todo el tejido productivo de Galicia.

En concreto, los investigadores del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago recuerdan que, según las cifras oficiales, en algunas localidades de la Costa da Morte afectadas por el vertido cerca del 40% del empleo está directamente relacionado con la pesca, el marisqueo y la acuicultura, como en Fisterra (47,2%), Ribeira (39,9%), Malpica (32,4%) y Camariñas (27,9%).

A eso hay que sumar los puestos de trabajo que proporcionan las actividades relacionadas con las anteriores (reparación de redes, transportes, estiba y desestiba, astilleros, abastecimiento de suministros, comercializadores) y las que dependen de la riqueza ecológica y paisajística del litoral afectado (hostelería, comercio, turismo y el sector inmobiliario, entre otros).

Indemnizaciones

< Según García Negro y Doldán, todo apunta a que la marea negra del Prestige es mucho más grave que las ocasionadas por el Exxon Valdez y el Mar Egeo. «Y sólo los daños provocados por el Exxon Valdez se calcularon en torno 2.800 millones de euros», señalan, tras recordar que las indemnizaciones por el Mar Egeo, que aún no han sido abonadas en su totalidad, no superaron los 63 millones.

-La posible caída del turismo y la crisis en el comercio golpearán a las zonas marítimas.
-El impacto del desastre se extenderá con un efecto dominó por las comarcas costeras.

El sector marisquero gallego puede perder 60 millones de euros en lo que queda de año, según estimaciones realizadas por expertos del sector y de confirmarse la temida extensión de la marea negra a la ría de Arousa.

La organización ecologista Adena valoró las pérdidas para el marisqueo de la Costa da Morte en 100 millones de euros para lo que queda de año. Fuentes del sector consideran elevadísimo ese cálculo, teniendo en cuenta que, por ejemplo, la producción anual de percebe en toda Galicia supone unos 60 millones de euros al año.

El mayor daño se registraría si se cierra la ría de Arousa y las áreas cercanas. Se vería afectado el grueso de la producción de acuicultura gallega, concretamente de mejillón, berberecho, almeja, rodaballo y vieira, con un valor anual de entre 150 y 198 millones de euros. En torno a un tercio se vende en Navidad, por lo que las pérdidas serían de 60 millones de euros.

Daños intangibles

De momento los economistas se resisten a ofrecer cifras de daños, porque ni siquiera se conoce la extensión del área afectada por la marea negra. «El impacto directo sobre el marisqueo, la pesca, el turismo, etcétera, es elevado. Y también lo es el que no se puede calcular, el de la pérdida de calidad de vida para muchos miles de personas», apunta Manuel Varela, profesor de la Universidade de Vigo, quien explica que esos perjuicios sí fueron tenidos en cuenta por los tribunales estadounidenses en el caso del Exxon Valdez . Varela habla de un «efecto encadenado» que se difunde por las economías de las zonas costeras. La falta de dinero y el miedo a gastar provocarán que se resientan la hostelería y el comercio.

«Los efectos son localmente muy graves y con incidencia sobre el conjunto de la economía», opina Manuel Lago, economista de CC.OO.

La catástrofe llega en un momento difícil para la economía gallega, cuyo ritmo de crecimiento se frenó por la recesión internacional, según apunta el catedrático de la Universidade de Santiago Alberto Meixide.

El sector de la acuicultura ha comenzado a resentirse de las consecuencias de la marea negra. La empresa acuicultora Nastos, con sede en Seráns -en el municipio coruñés de Porto do Son- deberá sacrificar los 30.000 rodaballos contenidos en sus piscinas debido a la contaminación producida por el combustible. La empresa de barbanza, de capital gallego y noruego, advirtió el lunes la llegada del combustible hasta las costas de la ría de Muros, donde están ubicadas sus instalaciones.

Tranquilizar al consumidor

Pese a ello, tanto el clúster de Acuicultura de Galicia como la Asociación de Rodaballo de Galicia quitaron hierro al asunto y tranquilizaron a los consumidores.

El portavoz de la Asociación de Rodaballo, entidad en la que está integrada Nastos, explicó que la planta sonense es la única, de las once que integran el colectivo, que ha sufrido las consecuencias del vertido.

Por su parte, el presidente del clúster, Fernando Aldana, señaló ayer que las granjas gallegas están «libres de todo peligro» de ser contaminadas por el fuel. En este sentido, señaló que la docena de piscifactorías gallegas agrupadas en el clúster, que son la práctica totalidad del sector, disponen de una tecnología avanzada que impedirá que el combustible llegue a afectar a sus producciones. Así, señaló que la captación de agua para las piscinas se realiza con tuberías situadas de diez a veinte metros de profundidad, mientras que el hidrocarburo flota en la superficie.

El clúster gallego es el primer productor mundial de rodaballo, con una distribución de entre 3.500 y 4.000 toneladas anuales.