Una raya de 15 kilos, ¡pescada con caña!

Primero fue un congrio de casi 40 kilos de peso y cerca de 2 metros de largo. Lo pescaron en Vilaxoán (Vilagarcía de Arousa) el pasado mes de enero, prácticamente arrancándolo de entre las rocas. Tres meses después, el mismo grupo de pescadores, de nuevo liderados por Juan José Ferro, se hizo con una pieza de raya de casi 15 kilos de peso, también en la zona portuaria vilaxoanesa, que igualmente fue capturada con caña, lo cual confiere mayor complejidad a la operación. Y eso que el citado es un pescador de tierra adentro, pues reside en Meis.
Juan José Ferro, de 43 años, no podía ocultar su satisfacción tras esta importante captura, que realizó al filo de las doce de la noche del domingo. Junto a él, el vilanovés Gabriel Portela (su cuñado) y José Pesqueira, novio de su hija, presumen de una pieza que, a buen seguro, degustarán en “caldeirada”.
“Es una raya gallega, también conocida como ouxa”, indican estos pescadores deportivos que además de atesorar experiencia y buenas capturas disponen de unos excelentes medios materiales, pues sólo así se explica que la raya, como ya les ocurrió otras veces, no rompiera el sedal, o incluso la caña con la que fue atrapada.
“Fue complicado sacarla a tierra, ya que a diferencia del congrio, que tira en línea recta, la raya se defiende con bruscos movimientos laterales, en zigzag, y tira muy fuerte, casi volando dentro del mar”, relatan los pescadores deportivos autores de esta nueva proeza. “No es la primera vez que se pescan este tipo de piezas, e incluso mayores, pero lo realmente destacado es conseguir una raya tan grande con caña, pues lo normal es que se partiera o rompiera el sedal”, añaden.
En el momento de la captura utilizaban cebo natural, concretamente pequeños jureles (chinchos), mientras que hace tres meses , cuando pescaron el congrio “gigante”, empleaban “bicho” (miñoca). Y Juan José Ferro no se rinde. Advierte que en la zona donde suele pescar tiene “localizado” un congrio “de quizás 50 ó 60 kilos de peso” al que le tiene echado el ojo y que, visto lo visto, ya puede empezar a temblar.

Fuente: Faro de Vigo