Los pescadores llegan a los ríos de Palencia 27 días después de la apertura de la veda
La temporada truchera debía haber comenzado el 28 de marzo, pero las exigencias del estado de alarma impidieron su inicio hasta ayer
Acabó la cuenta atrás para los pescadores. Los aparejos y las cañas han salido de los trasteros y la tranquilidad para los peces de los ríos de la provincia ha finalizado. La veda de la trucha, la especie más apreciada de los pescadores palentinos, se debería haber abierto el 28 de marzo, pero las exigencias del Estado de Alarma impidieron esta práctica deportiva hasta ayer, con la llegada de la fase 1 a toda la provincia.
Había ganas de regresar a las riberas entre los amantes de la pesca de Palencia y prueba de ello es que el vicepresidente del club de pesca de Herrera de Pisuerga, Raúl Ibo Salazar, se levantó ayer a las 6:00 horas para probar suerte en los primeros lances de este tardío inicio de temporada. «Tenía muchísimas ganas de volver a pescar», asegura Salazar, al que el madrugón le permitió disfrutar de su pasión y lograr varias capturas. «Han salido unas cuantas truchas. A primera hora de la mañana he visto alguna, pero no picaban bien. Cuando ha entrado la mañana han empezado a picar. Hemos sacado varias piezas de buen tamaño, de 50 centímetros. Ha merecido la pena de la espera», añade el vicepresidente de la asociación.
La vuelta a las riberas ha permitido a los pescadores ver las consecuencias de las crecidas de finales del año pasado y aseguran que han interferido en esta practica. «Las riadas han cambiado el cauce y eso afecta a las posiciones que solíamos usar para pescar», apunta Salazar, que tiene intención de recuperar el tiempo perdido y disfrutar al máximo de la pesca hasta que se cierre la veda el 31 de agosto.
En esta atípica temporada truchera, la pesca con muerte solo está permitida en los AREC (Aguas en Régimen Especial Controlado) con un cupo de dos truchas de más de 21 centímetros. En el río Pisuerga existen seis de estas figuras de pesca, mientras que en el Carrión hay cuatro. No obstante, también se puede pescar con muerte en los cotos que tengan autorizada este tipo de pesca, aunque cada vez quedan menos. En el resto de aguas libres, la pesca de la trucha se debe llevar a cabo sin muerte.
Tanto el río Pisuerga como el Carrión bajan con poca cantidad de agua debido al corte de los embalses que suministran agua. No obstante, esta campaña se espera un buen año en el que los pescadores van a poder disfrutar de su deporte, especialmente en algunas zonas de pesca sin muerte, donde se ha visto un gran número de ejemplares.
En lo referente a las exigencias especiales para pescar durante la pandemia, se seguirán las medidas generales de prevención e higiene frente a la covid-19 indicadas por las autoridades sanitarias. Cuando no sea posible mantener la distancia de seguridad establecida será obligatorio el uso de mascarilla y se deberán limpiar y desinfectar los utensilios después de su uso de acuerdo con lo previsto en el artículo 6 de la Orden de 9 de mayo.
El desinfectante deberá acompañar a los pescadores que decidan salir a probar suerte en los ríos de la provincia, pero hay un elemento indispensable que no aparece en la normativa y que tras el confinamiento se ha convertido en fundamental: el protector solar. «Llevo sin salir más de dos meses y de repente me ha dado el sol varias horas seguidas. Tengo los brazos ardiendo», reconocía ayer Raúl Ibo Salazar, que a falta de protector solar se rociará con crema para después del sol después de pasar todo el día en su 'solarium favorito'. «Volver a pescar ha sido la mejor sensación de los últimos meses», apuntaba Salazar, que gozó de un día de pesca en el que las truchas se interesaron por sus cucharillas.