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Los pescadores afilan su caña

Los aficionados preparan sus equipos para iniciar la temporada truchera el primer domingo de abril El deshielo y los embalses, llenos, auguran un mal arranque.

Los aficionados más veteranos aún recuerdan cuando la temporada se abría el primer domingo de marzo. Curiosamente los ríos solían discurrir en buenas condiciones para la pesca, pues los deshielos no habían comenzado todavía. Tampoco se conocían los vadeadores y la pesca solía ejecutarse desde las orillas, sin apenas pisar el lecho del río salvo para vadear algún tramo.

No se perjudicaban, por lo tanto, los frezaderos en los que, dependiendo del invierno, todavía no habían eclosionado las huevas. Posteriormente se retrasó la apertura al día 19 de marzo.

Durante algunos años se establecieron dos fechas, una para los ríos bercianos y los regulados por pantano y otra, más tardía, para el resto. En la actualidad y en la provincia de León la fecha se ha establecido para el primer domingo de abril. Observamos como los inviernos se retrasan y con ellos el ciclo reproductivo de la trucha. Retrasar la apertura, al menos en los ríos naturales, es sin duda conveniente para evitar que el pescador pisotee el lecho del río donde se ubican los frezaderos.

El mes de marzo, sin embargo, sigue oliendo a trucha y es que el aficionado ya prepara su equipo y se dispone con semanas de antelación a iniciar la temporada. Además el día 20 puede salir a pescar a las provincias limítrofes. La zona sur de Castilla y León abre ese día, tercer domingo de marzo. También lo hacen Asturias y Galicia salvo la alta montaña y las zonas salmoneras mientras que en Cantabria se retrasa a primeros de abril. Este año, además, la Semana Santa cae a finales de marzo, con lo que cabe suponer que muchos aficionados aprovechen estos días festivos o vacacionales para pescar en Asturias, o en Galicia.

El inicio de temporada se presenta ciertamente complicado. Los embalses se encuentran en su nivel máximo para la fecha, pues deben reservar un cierto porcentaje para prevenir las avenidas que producen los deshielos. Ríos altos, aguas frías y mucha nieve en las montañas lo que augura un mal comienzo, ésta es la situación que no variará mucho en los días que quedan. Cuando se pescaba a cebo natural el pescador se adaptaba a las condiciones adversas. En la pesca con mosca, y pese al uso de ninfas plomeadas, esta situación no es realmente la mejor. A medio y largo plazo, sin embargo, será muy positivo. Cuando el caudal se estabilice se pescará mejor con los fondos limpios y la trucha recuperada tras las frezas. Además la nieve y el agua embalsada permitirán un buen caudal y que el estiaje se retrase hasta el final de temporada.