Galicia. El domingo arranca la campaña de pesca continental con los ríos crecidos, lluvia y viento del norte
Arranca mañana la campaña de pesca fluvial con la trucha como objetivo para 62.000 aficionados gallegos, que tendrán hasta el 30 de julio para disfrutar de su deporte con acceso a 205.000 permisos en los 144 cotos establecidos en los ríos gallegos.
A diferencia con la campaña 2012, los ríos bajan crecidos tras un invierno muy lluvioso tal como amaneció el del final del 2012 y principio del 2013. El agua en las praderas gallegas inunda muchos de sus espacios ribereños. Para este fin de semana se prevén más precipitaciones y ambiente fresco, con vientos del norte. No son las mejores condiciones para la pesca deportiva pero los aficionados, en este ejercicio menos de los habituales, no se quedará, en casa. Una llamada vocacional, una afición tremenda y como no , un auténtico mono de pesca y de disfrute de la naturaleza harán que a las primeras luces del día a pie de río, comenzarán las tribulaciones, mosca, miñoca, cucharilla...
La campaña se abre exclusivamente para la trucha. Para el 1 de mayo el levantamiento de la veda del reo y del salmón, así como para la trucha en las cabeceras de los ríos de montaña. Las normas que regulan la actividad para el 2013 apenas han cambiado respecto de las precedentes.
En estos momentos, a un día del comienzo de la temporada, los servicios de Medio Ambiente de las cuatro provincias gallegas han agotado su cupo en un buen número de cotos. En A Coruña, por ejemplo, los cotos de Aranga, Baio, Carballo, Santa Comba, Verdes, y prácticamente los de Negreira, Rois y A Laracha a tope. Lo mismo podría decirse de los cotos lucenses de Doiras, Friol, Pobra, Pontes de Gatín, o los primeros meses en el de Ombreiro. En Ourense sucede otro tanto en A Veiga, Boborás, Cadós, Celanova, Laza, Montederramo, O Carballiño y Os Medos, en algunos casos con algunos días libres todavía. Por último, en Pontevedra están agotados los permisos en Cutián, Ponte Liñares y Toxa.
Escaso esfuerzo de la Administracion por dar a conocer todas las normas y reglamentos
Como cada año, no son pocos los aficionados que echan en falta un mayor esfuerzo por parte de la Administración autonómica en materia de información. Que la pesca fluvial sea una actividad lúdica no debiera servir de excusa para que los responsables de su gestión no expliquen las razones que, en su caso, les inducen a decretar las normas de obligado cumplimiento. Establecimiento de tramos vedados, limitación de días hábiles, aumento o reducción de tallas, número de capturas por pescador y día, comienzo y remate de la temporada, horario de pesca, etcétera son asuntos que probablemente concitarían el consenso de los pescadores, cuando menos del sector más responsable de ellos, tal vez el más numeroso. Pero tal apoyo resulta inviable si no se facilita la comunicación -tan barata hoy con los medios digitales disponibles-; si se hurta a su conocimiento la argumentación que justifica las medidas. La pasión por la pesca fluvial no debilita el derecho a ejercerla con fundamento. Al contrario, lo refuerza y ensancharía la comunicación entre usuarios de los ríos y responsables de su gestión, un diálogo hoy probablemente anquilosado y restringido fruto tal vez de unas prácticas que parecen haberse quedado obsoletas.