Decepción de 50,000 gallegos con licencia de pesca en el arranque de temporada. El día y los caudales no ayudaron
Aguas frías, poca actividad y desánimo en el inicio de la temporada de la trucha
Se repiten las protestas por la baja calidad de las aguas de los ríos, las riberas llenas de maleza y la rebaja de los cupos
Alrededor de 50.000 aficionados gallegos que renovaron la licencia participaron ayer en los ríos pescables con ese matar el mono que significa el arranca de la temporada de pesca fluvial.
Ese primer día en el que hubo escasez de capturas y se confirmaron algunos de los malos augurios de los días previos, motivados por la falta de limpieza de los ríos y el caudal de los mismos que no contribuía a pensar en un gran arranque de temporada.
Una campaña, marcada por la norma de la rebaja en los cupos (de diez a seis en los ríos), mal día: viento del nordeste, pocas truchas y frío es la componente perfecta para una jornada de fracaso; es decir de capote total. Solamente se cumplió el refrán A quien madruga, Dios le ayuda: a primera hora de la mañana fue cuando se pescó relativamente bien, en general.
"Unos ríos van altos, otros bajos. Se encontró una notable presencia de plantas producto de un alto nivel de contaminación en sus aguas. Sin duda, medidas que no se toman por la administración y que evocan a que la pesca en pocos años sea un bonito recuerdo a contar a nuestros hijos o nietos.
La información recabada desde algunas zonas de pesca, es la siguiente:
Río Lor (Lugo) se pescó bien a primera hora de la mañana, pero después se levantó el nordeste y se acabó la fiesta.
Río Xallas, con un nivel de agua alto, se vieron muchas truchas pequeñas. Y muchos pescadores. Muchp capote.
Baio (Vimianzo), pocas truchas y pocas pescadores.
Coto de Baamonde (Lugo), día fresco y frío. El agua bien, pero pocas truchas y capturas.
Río Furelos (Melide), y en el río Pambre, aguas frías y viento del norte.
Coto del río Eume, muy buen nivel de agua y muchos pescadores, muchas picadas y pocas capturas.
Fervenza (Dumbría) pescó entre otros David Arcay, campeón del mundo. Pero hubo pocas capturas, y un impresionante tráfico de cormoránes. Pajaro de mal agüero para la población icticola.
Taracho (río Miño), muy pocos pescadores.
Embalse de San Cosmade, buen ambiente y capturas a primera hora, como en el río Rois.
En la zona de Deza y Tabeirós, tras completar el cupo en apenas unas horas, se devolvieron ejemplares al río en zonas del Ulla o de Vea, en A Estrada, pero también en cauces de Silleda, Rodeiro o Lalín. Todo ello, a pesar de que fue una jornada fría y con algún chubasco cuando estos peces prefieren temperaturas un poco más templadas. La queja surge desde sociedades de caza y pesca como las de Lalín o Silleda, donde sus presidentes recalcaban el problema de las especies invasoras, desde visones americanos a cormoranes, que merman las poblaciones de peces.
En Santiago y en su comarca no se le dio la jornada bien a todos. En algunas zonas los ríos iban bastante altos, pero «estaban muy bien para pescar, aunque había que trabajarlos mucho», señala un pescador. A pesar del buen inicio, cuando entró el nordeste, sobre las diez y media, con más frío dejaron de picar. En el Miño, buenas truchas y de buen tamaño. En Cobas se pescó muy mal, el río iba muy bajo. En Pontemaceira no hubo mucha suerte para los pescadores.
La temporada de pesca fluvial arrancó en Pontevedra con muy pocas luces y muchas sombras. Hubo pocas capturas, pese a ser un estreno de campaña y el buen caudal de los ríos, pero casi todas las truchas eran de buen tamaño. Esa fue la tónica general. En pocos cauces abundaron los ejemplares más pequeños.
Ante este panorama para muchos pescadores la vecina Portugal sigue siendo uno de los paraísos por las facilidades que ofrecen y por el estado de los cauces, según revelaban algunos de los cañistas que este domingo estrenaron la temporada.
Desde diferentes Sociedade de Caza e Pesca , la queja es similar, pescadores decepcionados por la mala calidad de las augas. Por el descenso de los cupos.