Introducción a la Pesca Deportiva

Probablemente amigo lector, sea usted de los que piensa aquello del dicho: Pescador de caña, más pierde que gana. Y no le falta razón, si el producto final con el se cuenta, es únicamente el resultado mercantil de la jornada.

Pero si lo analiza, se dará cuenta de que son muchos los que pasan largas jornadas con una caña en las manos, y que algo debe tener la pesca deportiva que engancha sin apreciarse desde fuera.

Desde el madrugón del domingo, para estar el primero en nuestro lugar favorito, hasta el regreso a casa, cansado de la jornada, el pescador vive voluntariamente una serie de experiencias que conforman nuestra afición.

Porqué para entender ésta filosofía, habrá que comenzar por explicar que la pesca de caña la forman entre otras cosas, los compañeros, la comida, las conversaciones y el medio en el que nos movemos.

Olvide el viejo concepto del pescador sentado, que con la caña en mano, aguarda pacientemente el que un pez quiera morder su cebo.

El pescador actual es un incansable buscador de posturas, rincones, corrientes o rompientes.
Es un oportunista que sabe estar en el sitio justo y la hora justa.
Y olvide también, que la pesca es un deporte de parias.

Nuestras cañas están confeccionadas con lo último de los materiales punta, nuestros carretes son autenticas máquinas de precisión y nuestros complementos forman parte de una industria que mueve mucho dinero, y sobre todo ahora, que comenzamos a aficionarnos a especies de otros mares y ríos donde nos desplazamos en busca del pez espada de Cabo Verde o Costa Rica, o de las truchas de Argentina o Nueva Zelanda.

Pescadores y modalidades hay incontables.
Unos prefieren los clásicos cebos naturales (lombrices, saltamontes o trozos de pescado) otros, señuelos metálicos, representaciones de peces en madera o vinilos.
Hay modalidades de mar y de rió para todos los gustos, y materiales adecuados a cada una de ellas.
Y por haber, hay quienes se pasan de rosca y piensan que la pesca deportiva es tan importante, que se juegan su propia vida por un pez.

La mayoría de nosotros busca en cada salida que el agua se lleve las tensiones y cargue nuestras pilas.
Nada tan relajante como ver pasar el agua de un pequeño río, o mecerte sobre las olas.

Y nunca estamos solos, nubes, pájaros o insectos nos acompañan.
Y cada vez que levantamos la mirada, los arboles, el cielo, o el mar te parecen algo nuevo.

Son imágenes que retenemos para llevarnos a casa y al trabajo esa semana.

Poco a poco y a través de este portal de masmar tendrán a los pescadores contándoles sus experiencias y sus técnicas, sus lugares y especies.
Si quieren visitarnos les recibiremos gustosos.