Cebos para Pesca de Mar
El calamar, la quisquilla, la miñoca y la lombriz.
CALAMAR
Sin lugar a dudas el calamar es uno de los cebos más versátiles de cuantos existen.
La práctica totalidad de las especies que habitan en nuestro litoral son susceptibles de ser pescadas utilizando como cebo el calamar.
Especies como la lubina, dorada, atún, cabracho, chopa, pargo, boga entran perfectamente a este cebo.
Suele utilizarse un gran pedazo (casi siempre la cabeza) o parte del saco. Se recomienda realizar tiras de unos 6 cm. de largo por casi 2 de ancho.
Deberemos pasar el anzuelo a lo largo de la tira, a modo de costura, dejando un trozo de unos 2 cm. al final.
Consejos
No requiere de ningún cuidado especial, se puede congelar si no se va a utilizar el calamar completo, siendo reutilizables para otras ocasiones.
GAMBA O QUISQUILLA
Especialmente adecuado para los peces de superficie y de media profundidad; principalmente para sargos, doradas y lubinas.
El encebado se realiza en función del tipo de gamba:
De río (de pequeño tamaño y de color más bien verdoso): Antes de colocarla en el anzuelo, deberemos quitarle la cáscara. Se anzuela de la cola hacia la cabeza.
De mar (de mayor tamaño y de color marrón ): Debe anzuelarse viva y sólo por la cola.
Se puede adquirir en numerosas tiendas de pesca o en las propias pescaderías.
Para su recolección acudiremos a las desembocaduras de los cursos de agua dulce o en bajamar en los charcos que se producen entre las rocas.
Lombriz
La lombriz destaca por ser uno de los cebos que atrae a mayor número de especies marinas.
Destaca sobre todo su uso con la lubina, dorada, anguila y lenguado.
Por méritos propios las lombrices se han convertido en las estrellas del Surf-Casting.
Aunque puede usarse durante todo el año, es especialmente recomendable durante los meses de abril y mayo.
Se trata de uno de los cebos naturales más utilizados por el pescador sobre todo por su capacidad de atracción sobre muchas y diferentes especies junto con su bajo precio y su facilidad para el cebado.
Pueden ser “recolectadas” por nosotros mismos de una forma sencilla, cavando con una pala o rastrillo en la arena de la zona mesolitoral (línea de máxima inmersión).
En bajamar y en los arenales o zonas semifangosas, su presencia se delata gracias a los residuos de tierra digerida que dejan, que se presentan como pequeños rizos hechos con la arena que la lombriz va expulsando tras engullir los elementos nutritivos.
Las mejores horas para encontrarlas es a primera hora de la mañana.
Puede alcanzar una medida de 30 a 40 cm de longitud y un diámetro de 2 a 2,5 mm.
Se nutre de los microorganismos que se encuentran depositados en la arena.
La lombriz es bastante delicada, por lo que no conviene dejarla al sol durante mucho tiempo, puesto que se descompone con bastante facilidad. Por ello para guardarlas lo más importante es buscar un sitio fresco: durante el verano muchos pescadores las envuelven en papel de periódico para después alojarlas en la nevera. Además, para su correcta manipulación, es conveniente echar un poco de agua de mar en el recipiente donde las guardemos y agitarlo hasta que aparezcan las lombrices en la superficie. Cuando esto suceda observaremos que se van desenredando entre sí.
El encebado de la lombriz es muy sencillo: puede usarse entera o bien cortada en pequeños pedazos. Deberemos ensartarlo con una aguja y dejar entre 2 y 3 cm. libres
Consejos
Cambie la lombriz en el momento en que no parezca estar viva: dejará de ser útil.
Miñoca
Dicese de los gusanos de tamaño medio (entre 6 y 12 centímetros), que tienen numerosas patas y un color que va desde la tonalidad verde hasta la rojiza. Vive en zonas de tierra húmeda, principalmente donde se depositen restos orgánicos.
Se presenta como un cebo idóneo para la captura de diferentes especies como las truchas o las lisas, así como para cualquier pez de pequeño tamaño.
Las modalidad de pesca son varias, la utilizaremos para pescar la trucha siempre que haya llovido en abundancia y el río se muestre movido y turbio, siendo las mejores horas desde las primeras horas, cuando aun no ha despuntado el día, hasta la mañana y sobre todo en las desembocaduras de los "regatos" pequeños.
La talla de la miñoca debe ser adecuada al anzuelo que utilicemos en cada caso. Deberemos intentar que se mantengan vivas durante el mayor tiempo posible, puesto que sino perderán su efectividad. Para ello resulta necesario utilizar anzuelos finos que nos permitan enfilarlas cuidadosamente.
Cuidados y consejos.
Cuenta con el inconveniente de tener un cuerpo muy blando, pudiendo deshacerse con facilidad en el momento del lance.
Las mejores clases de miñocas son las de braña, que resultan mucho más resistentes, seguidas por las de estiercol.
Requiere ser guardadadas en un lugar fresco.