La pesca intensiva en el estuario del Miño esquilma la colonia de lampreas
Hay embarcaciones trabajando 24 horas seguidas aunque la oferta supera ya la demanda de producto. La sobreexplotación de la zona de Tabagón frustra el remonte de la especie para desovar río arriba
El incremento del caudal del Miño y la fuerza de su corriente ha agudizado la capacidad de orientación de las lampreas, que están regresando en masa al río para desovar. Pero también ha aguzado la de los pescadores. El 75 por ciento de las 200 embarcaciones de las dos riberas que se dedican a su captura están faneando, según confirmó ayer el presidente de la asociación, Samuel Martínez en la parte más cercana al estuario, «desde Tabagón ata a desembocadura».
La sobreexplotación está minando la particular odisea de la especie para reproducirse y los recursos del río. Es un «haz lo que digo, no lo que hago», porque esta práctica indiscriminada la denuncian los propios pescadores. Y es que los resultados están a la vista de todos. «Se está capturando una media de veinte ejemplares por día y embarcación mientras que de Tabagón hacia Tui no se superan las dos o tres», señala Samuel Martínez. «O esforzo pesqueiro é demasiado, é triste pero é unha realidade», manifiesta, reconociendo que «hai que tomar medidas e pensar no futuro porque se non se collen río arriba será a ruína do río».
Desde la propia entidad sugieren alternativas. La primera y más drástica, «que se establezca un tope de capturas por zonas». A día de hoy, «a única regulación que hai é a estadística que fai cada pescador ao ano».
Por contra, en Portugal, los pescadores están obligados a declarar las capturas. «Teñen que pasar polo punto de venta e dar conta das capturas», explica. La autoridad marítima lusa realiza también controles. De hecho, la semana pasada incautaron en Caminha 360 lampreas cuya cotización alcanzaría los 3.200 euros. El algunos casos se ha constatado además la presencia de pescadores portugueses vendiendo el producto en la ribera gallega para eludir esa fiscalización.
En estos momentos, confirma la asociación,«las capturas superan la demanda». Aún así, hubo quien trabajó hasta 24 horas seguidas la semana pasada o solo descansó dos horas. La caída de precio es directamente proporcional. Entre 5 y 10 euros (según el tamaño), la que se captura de Tabagón hacia abajo y entre 10 y 20 la de río arriba, cuya calidad es mejor. Cifras relativas en conjunto porque «agora cobramos por cincuenta pezas o que hai dez anos pola metade».
A precio de sardina
La asociación defiende a los pescadores pero prioriza la del río porque, a fin de cuentas, es el futuro del sector. El exceso de esfuerzo pesquero en la parte baja, reiteran, «é malo para a especie porque non remonta, para o río porque o esquilma, para a imaxe da lamprea porque que se pague a precio de sardiña terá un custo engadido e unha competencia desleal para os pescadores de máis arriba». «Hai que cambiar a mentalidade e a administración tamén se ten que involucrar», anuncian.
Fuente : La Voz de Galicia