Un estudio de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) muestra que la influencia del piragüismo en la dispersión del mejillón cebra es mínima.
Concluye que en el caso de las piraguas el simple secado de la embarcación es mejor método de desinfección.
“No se puede asegurar que el piragüismo sea una actividad que pueda contaminar una masa libre de mejillón cebra”. Es una de las conclusiones de un estudio realizado en 2010 en los embalses de Mequinenza y Ribarroja, en el que se midió el grado de contaminación con mejillón cebra del material y piraguas tras su utilización.
Otro de los principales resultados obtenidos es la total ausencia de adultos y juveniles en las embarcaciones y el material, detectándose únicamente larvas de esta especie invasora. Las larvas, microscópicas, se incorporan al material con el agua.
Debe tenerse en cuenta que el estudio no ha medido la capacidad de los piragüistas para transportar la especie de un embalse a otro, sino únicamente el grado de contaminación con larvas tras remar en una masa con mejillón cebra. En primer lugar, no diferencia si estas larvas están vivas o muertas. Otros trabajos científicos indican que hasta un 80% de las larvas presentes en el agua pueden estar ya muertas. Además, como reconoce la propia CHE, el estudio tampoco ha tenido en cuenta la importante mortalidad de las larvas durante el transporte a otro lugar, principalmente por secado del material, la dificultad -en caso de llegar vivas- de ser transferidas nuevamente desde el material al agua y, muy especialmente, su dilución en la nueva masa de agua y la elevadísima mortalidad durante el estado larvario de la especie hasta llegar a la edad de reproducción, que
sería necesaria para establecer nuevas poblaciones de la especie por esta vía.
El estudio se ha realizado en los embalses con mayor densidad de larvas de toda España, y por tanto tampoco son representativos del grado de contaminación medio previsible. Finalmente, nuestro conocimiento de la biología de la especie indica que es incompatible con tramos de corrientes fuertes, por lo que estas consideraciones tampoco serían aplicables a todas las modalidades de piragüismo en aguas bravas, sino únicamente a embalses y ríos de aguas lentas.
La Federación Castellano-Manchega de Piragüismo felicita a la Confederación Hidrográfica del Ebro por la realización del estudio y el interés con que está abordando las singularidades del piragüismo a la hora de establecer su normativa de navegación, y alienta a las demás Confederaciones Hidrográficas a seguir su ejemplo. Considera que los resultados obtenidos son una prueba más de la escasa incidencia del piragüismo en el comportamiento invasor del mejillón cebra en nuestro país, que responde a otros vectores y causas estructurales, como es el elevado número de embalses. También reafirma que los procedimientos de desinfección con agua caliente a presión que exigen la mayoría de Confederaciones Hidrográficas son, en el caso del piragüismo, absolutamente desproporcionados y de difícil, si no imposible, cumplimiento, y avala el uso de códigos de buenas prácticas, como el de material “LIMPIO Y SECO” como medida más eficaz para prevenir la dispersión de esta y otras especies invasoras.
Por otro lado, considera incomprensible la situación actual en que cada Confederación Hidrográfica propone protocolos diferentes para prevenir la dispersión del mejillón cebra, lo que dificulta enormemente las tareas de formación, prevención e implicación de los usuarios.