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Plan de Océana para la recuperación de stock pez espada

OCEANA PROPONE UN PLAN PARA RECUPERAR EL STOCK DE PEZ ESPADA Y REDUCIR LAS CAPTURAS DE TORTUGAS MARINAS

La flota palangrera no sólo provoca, sin quererlo, la captura accidental de 400.000 tortugas marinas y de otras muchas especies al año, como ha documentado Oceana : anualmente caen en sus anzuelos unas 30.000 toneladas de pez espada (Xiphias gladius) entre el Atlántico Norte y el Mediterráneo, pero el tamaño de los ejemplares ha disminuído de forma considerable en los últimos años, lo que es un signo inequívoco de sobreexplotación.

Por este motivo, Oceana propone que se modifique el aparejo de pesca, incluyendo el cambio de los actuales anzuelos en forma de "J" por otros en forma de "G", para que no se enganchen en ellos las tortugas marinas. También pide a la Administración que apruebe anzuelos de mayor tamaño que los permitidos actualmente, para evitar a captura de peces espada que aún no han alcanzado su tamaño de reproducción. Los responsables científicos de ICATT (International Convention for the Conservation of Atlantic Tuna, que regula las pesquerías relativas a atunes y otros grandes pelágicos) otros foros internacionales saben que capturar peces espada en las capas más superficiales del océano resulta en una captura excesiva de peces inmaduros. Sin embargo, no existen propuestas encaminadas a mejorar la selectividad intra e interespecífica de estas pesquerías. Precisamente la próxima semana tiene lugar en Madrid una reunión del ICATT para analizar las estadísticas sobre estas pesquerías.

Los biólogos de Oceana han documentado este trabajo a bordo de un palangrero en aguas del Mediterráneo. De los 1.400 millones de anzuelos que la flota palangrera cala al año en todo el mundo, 200 están dedicados a la captura de pez espada y otros 1.200 serían para túnidos. El 90% de las capturas de esta especie en el Atlántico y el 55% de las del Mediterráneo las realizan las flotas de palangre. El stock de pez espada en el Atlántico Norte está sobreexplotado aunque desde 1998 ha empezado a mostrar una mejoría gracias a su alta tasa reproductiva (una hembra joven puede depositar más de 15 millones de huevos, mientras que una adulta llega a los 29 millones). Cada día es más difícil encontrar individuos de gran talla (se considera que los animales de más de 5 años han disminuido un 66% en los últimos 25 años) y la mayoría de las capturas que se realizan corresponden a ejemplares de entre 1,2 y 1,8 metros -entre la mandíbula inferior y la horquilla de la cola - y unos 25-40 kilos de peso. Los animales adultos pueden superar los 3 metros de longitud y los 9 años de edad, si bien se considera que pueden llegar a vivir 25 años, medir casi 4,5 metros y pesar más de 500 kilos.

La talla mínima de comercialización establecida para este animal es de 125 cm. (los machos son reproductores con tamaños superiores a los 112 cm., mientras que las hembras necesitan alcanzar los 158 cm.). Pese a ello alrededor del 20% de los desembarcos en el Atlántico de esta especie durante los últimos años estaba por debajo de esta medida, mientras que en el Mediterráneo llegaba al 50%. Una de las muestras más claras de sobreexplotación se ve en el tamaño de los especímenes desembarcados:

El peso medio de las capturas de pez espada en el Atlántico bajó de 120 kilos a 40 en los últimos 30 años. En el Mediterráneo en sólo dos décadas ha pasado de 48 kilos de media a 10, pese a que este animal puede llegar a medir más de 4 metros y pesar 500 kilos.

Las capturas anuales de pez espada en el Atlántico Norte están entre las 10.000 y 15.000 toneladas anuales, a las que hay que sumarles otras 15.000 toneladas de las capturas realizadas en el Mediterráneo, donde el stock sufre una fuerte presión desde hace décadas, pero sobre el que los datos existentes no permiten saber su verdadero estado.

A las capturas que realizan la práctica totalidad de los países ribereños, en especial Italia, Marruecos, Grecia y España, hay que añadir las efectuadas por flotas asiáticas. Por otra parte, algunos países mediterráneos, pese a realizar capturas de esta especie, no informan a los organismos internacionales ni aportan datos; este es el caso de Israel, Libia, Egipto y Mónaco.

Tampoco hay que olvidar la presencia de palangreros industriales a lo largo de todo el Atlántico dedicados a la captura de otros grandes pelágicos -incluyendo varios cientos de pesqueros con banderas de conveniencia- que, aunque principalmente dedicados a la captura de atún rojo (Thunnus thynnus) o atún patudo (Thunnus obesus) u otros túnidos, también capturan pez espada.

En el caso del Mediterráneo, las capturas de peces inmaduros son muy elevadas, considerándose que entre el 50% y el 70% del total corresponden a ejemplares de menos de 3 años y, por tanto, que en su mayoría nunca se han reproducido.

En el Atlántico la edad madura se estima en los 5 años, mientras que en el Mediterráneo parece ser algo más prematura (con una longitud de 142 cm. en el caso de las hembras frente a los 158 cm. del Atlántico).

Oceana propone

* La utilización de anzuelos de mayor tamaño que eviten las capturas de inmaduros

* Estudiar la viabilidad del calado del arte por debajo de la termoclina (donde se sabe que viajan los especímenes inmaduros) para que la pesquería mejore el ratio de capturas de peces en edad madura.

* Establecer un programa de recuperación del stock de pez espada, para facilitar la reproducción de la especies y permitir su recuperación en 5-10 años. El establecimiento de épocas y zonas de veda para evitar la captura accidental de tortugas marinas

* La mejora del arte de pesca para facilitar su calado e izado durante las horas del día en las que menos capturas accidentales se realizan.

* La sustitución de los actuales anzuelos con forma de "J" por nuevos anzuelos en forma de "G", que en otras pesquerías han demostrado reducir las capturas y la mortalidad de las tortugas capturadas accidentalmente

* El calado de los anzuelos a una profundidad en la que resulten menos accesibles a las tortugas por razones de temperatura o visibilidad.