Las medusas están sustituyendo a los peces en el Mediterraneo
Que cada vez hay más medusas en el mar es algo que constatan cotidianamente los bañistas de las costas catalanas. Las poblaciones de este invertebrado gelatinoso no paran de crecer en todo el mundo sin que estén muy claras las causas de este aumento. Ahora, algunos científicos empiezan a sospechar que si hay tantas medusas es precisamente por la gran disminución que están sufriendo las poblaciones de peces, víctimas de una sobreexplotación que está agotando las pesquerías en todo el mundo. De acuerdo con esta hipótesis, estamos asistiendo a un proceso de sustitución masiva de los peces por otros depredadores que, simplemente, están ocupando el lugar que éstos dejan vacío.
Francesc Pagés, investigador del Instituto de Ciencies del Mar (ICM) de Barcelona, es uno de los más firmes defensores de esta hipótesis. Él ha podido comprobar personalmente cómo el mar se está quedando sin peces. "Las poblaciones de especies de gran tamaño, como el atún, se están derrumbando. Pero sucede lo mismo con las de menor talla. En Namibia, por ejemplo, hace sólo 20 años las merluzas que se pescaban tenían un metro de largo. Ahora es difícil pescar una que llegue a medio metro"
Pagés también ha asistido al avance imparable de las medusas: "Cada vez son más grandes, y cada vez hay más. En Cataluña, por ejemplo, hace cuatro años que la especie Velella velella presenta un bloom [una proliferación masiva] cada año, cuando antes era un fenómeno discontinuo".
También se da el caso de especies nuevas, que antes apenas eran conocidas en las costas catalanas, como la medusa Aequorea, que el pasado mes de mayo desarrolló una espectacular proliferación.
Pero no se trata de un hecho aislado. El fenómeno es mundial, y en el mar de Behring se ha constatado que desde 1989 la población de medusas no ha dejado de aumentar cada año. Lo mismo es previsible que ocurra en la costa mediterránea en los próximos años.
Comida en abundancia
Esta rápida expansión de las medusas se ve favorecida por un hecho insólito: en el mar, actualmente, sobra comida. La disminución de los peces comporta que queden grandes cantidades de alimento sin consumir. Esto afecta sobre todo al zooplancton, la comida favorita de muchas especies, formado por pequeños animales como los copépodos, unos crustáceos de un milímetro de largo.
Todo lo que dejan de comer los peces lo están aprovechando las medusas. Pero esta no sería la única causa de su expansión. "También ocurre que estamos eliminando a los pocos animales que comen medusas, como es el caso de las tortugas marinas", constata Pagés.
El cambio que esta dinámica origina en el mar no parece de orden menor. Al extraer cantidades excesivas de peces "se están simplificando los ecosistemas marinos", tercia Josep Maria Gili, investigador del ICM, lo cual puede tener consecuencias importantes en el futuro ya que "la complejidad es lo que da estabilidad a los ecosistemas, y si destruimos la complejidad, puede pasar que prolifere un solo elemento de la cadena alimentaria, como está pasando con el auge de los carnívoros gelatinosos".
A juicio de Gili, el problema es que "estamos cambiando el mar antes de conocerlo suficientemente, y por esto se producen efectos inesperados. La proliferación de las medusas nos indica que algo hemos hecho".
La conversión del mar en una "sopa de invertebrados", en palabras de un prestigioso experto, es un proceso que debería alertar, según los especialistas consultados, a escala ecológica, alimentaria e incluso gastronómica. Hay pocas medusas comestibles, y Francesc Pagés las ha probado en Japón. La pregunta sobre qué sabor tienen es obligada, pero la respuesta deja poco lugar a la esperanza: "No saben a nada". "Allí se utilizan como acompañamiento de ensaladas y otros platos