El Atlántico Norte tropical fue considerado la respiración de la vida oceánica.
Investigadores descubrieron una transferencia significativa y sorprendente del dióxido de carbono desde la atmósfera hacia las aguas marítimas tropicales, realizada por microorganismos que viven en las aguas descargadas por el río Amazonas en el mar.
Los nutrientes depositados a través del delta del río Amazonas en el Océano Atlántico se esparcen mucho más allá de la plataforma continental, e intervienen de manera importante en el ciclo del carbono en las aguas tropicales, según los resultados de un estudio de varios años.
Los investigadores descubrieron una transferencia significativa y sorprendente del dióxido de carbono desde la atmósfera hacia las aguas marítimas tropicales, realizada por microorganismos que viven en las aguas descargadas por el río Amazonas en el mar.
El hallazgo revela el papel sorprendentemente grande de los mares tropicales y de los grandes ríos en la absorción total oceánica de carbono.
El estudio fue conducido por Ajit Subramaniam (Universidad de Columbia) y Doug Capone (Universidad del Sur de California).
Este trabajo condujo a un importante descubrimiento sobre la fuente de nitrógeno que alimenta la productividad de las aguas oceánicas tropicales, especialmente aquellas en las que desembocan los mayores ríos.
El río Amazonas es el río más caudaloso del mundo; también tiene la cuenca de drenaje más grande del planeta. La corriente del río Amazonas en su desembocadura cubre un área enorme, que durante varios meses cada año llega a ser más del doble de grande de la ocupada por el estado de Texas en Estados Unidos.
El Atlántico Norte tropical fue considerado un emisor neto de carbono por la respiración de la vida oceánica. Un estudio del año 2007 estimó la contribución a la atmósfera del carbono proveniente del océano Atlántico tropical en 30 millones de toneladas anuales.
En el nuevo estudio se comprobó que la respiración es compensada por el fitoplancton, la mayor parte del cual está compuesto por un grupo de organismos llamado diazótrofos. Estos toman el nitrógeno y el carbono del aire y lo emplean para producir biomasa sólida que se hunde hacia el hondo oceánico.
Los diazótrofos "fijan" el nitrógeno, permitiéndoles esto proliferar en aguas pobres en nutrientes. También requieren pequeñas cantidades de fósforo y hierro, que acerca el río Amazonas hasta gran distancia mar dentro.
Las formas de vida microscópicas responsables de esta captura de carbono cambian al largo de la corriente del río. Estos organismos son regulados por la biogeoquímica del río, y resultan sensibles a las alteraciones del uso de la tierra y al cambio climático. Actividades tallas como la construcción de embalses o presas, así como los cambios en las prácticas agrícolas, alteran la magnitud de esta absorción.