"Destrucción a toda costa 2002" Greenpeace alerta de la destrucción acelerada del litoral
En su informe "Destrucción a toda costa 2002" recoge los puntos negros que suponen una mayor amenaza para las costas.
Greenpeace ha presentado en rueda de prensa el informe Destrucción a toda costa 2002, en el que revela el mal estado de la costa debido a las presiones ejercidas por el hombre. A través de un recorrido por el litoral español, ha recopilado por Comunidades Autónomas las principales amenazas que afectan a nuestras costas: nuevos proyectos de urbanización, destrucción de playas, ocupación de la franja costera, puertos deportivos, ampliación de puertos comerciales, contaminación y vertidos que asfixian al litoral. Estos proyectos se suman a los que Greenpeace denunció el año pasado en la primera versión de este informe.
"La protección del litoral debe ser tomada en serio. La situación se agrava cada año y los responsables no hacen nada por solucionarlo. De nada valen las campañas publicitarias del Ministerio de Medio Ambiente con sus vistosas demoliciones de edificios si siguen autorizando la destrucción de la costa" declaró María José Caballero, responsable de la Campaña de Costas de Greenpeace.
La erosión costera, cuya consecuencia más visible es la desaparición de las playas, este año se ha manifestado claramente. Las playas no han sido capaces de soportar el paso de los temporales de este invierno. La construcción de diques, espigones y puertos deportivos, la contaminación que sufren y la destrucción de los fondos marinos impiden que las playas puedan defenderse de los temporales. Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana han sido las más afectadas.
Las instalaciones portuarias - puertos deportivos, diques, espigones… - actúan a modo de barreras alterando las corrientes marinas e impidiendo que la arena llegue hasta las playas. Tan solo este año, Greenpeace ha contabilizado 33 nuevos puertos deportivos y 31 ampliaciones de puertos comerciales, algunas de ellas absolutamente desproporcionadas, como las que pretenden llevar a cabo en el puerto de Gijón, Ferrol o Castellón.
La contaminación es la gran asignatura pendiente. España sigue acumulando sanciones de la Comunidad Europea por el incumplimiento de las normativas de calidad de aguas. A la contaminación ocasionada por los puertos y por los emisarios submarinos - largas tuberías que se adentran en el mar por donde salen las aguas residuales en ocasiones escasa o nulamente depuradas - hay que sumar los vertidos que se realizan a lo largo de todo el litoral y la instalación de 44 nuevas contaminantes centrales térmicas. La situación es desoladora: emisarios submarinos rotos que vierten directamente al mar en Cabo Matxilando (Vizcaya), el puerto de Aguadulce (Almería) o Adeje (Tenerife); aguas residuales de poblaciones tan grandes como Castellón, Benidorm o Gandía escasamente depuradas antes de verterse al mar; vertidos industriales ilegales como los que la empresa Fertiberia en Huelva lleva realizando a pesar de haber sido denunciada…
La urbanización de la costa es otra graves amenaza. Tan sólo en el litoral mediterráneo, la construcción en "primera línea de playa" ha destruido más del 25% de los principales elementos de la costa. Este año, los proyectos para seguir destruyendo los escasos kilómetros de litoral virgen se han multiplicado, y junto a ellos, campos de golf que requieren ingentes cantidades de agua, puertos deportivos que destruyen la franja litoral… Así, por ejemplo, en el noroeste de Fuerteventura hay planes para construir 10.500 camas hoteleras y entre Mazarrón y Águilas en Murcia, se han recalificado 2.900 hectáreas para construir 34 hoteles, 4.000 plazas de aparthoteles, 8 campos de golf y 2 nuevos puertos deportivos.
Este año 26 playas presentan muy mala calidad en sus aguas y a pesar de que el turismo es una de las principales fuentes de ingresos en el Estado Español, no se hace nada por solucionar estos problemas.
Las actuaciones llevadas a cabo por el Ministerio de Medio Ambiente, lejos de mejorar la situación, están contribuyendo todavía más a la degradación del litoral. La extracción de arena de los fondos marinos para regenerar artificialmente las playas y las autorizaciones para realizar todo tipo de actividades en la franja litoral están destruyendo las pocas defensas naturales que le quedan a la costa para sobrevivir.
"Es incomprensible la actitud del Ministerio de Medio Ambiente. Deberían ser los primeros en saber que la destrucción de la costa beneficia sólo a unos pocos, y que su conservación es la mejor garantía de nuestro futuro" añadió Caballero.