La Comunidad de Madrid prepara un protocolo para reintroducir la trucha arcoíris en cotos de pesca
La Comunidad de Madrid ha establecido un protocolo específico para la suelta controlada de trucha arcoíris, que solo podrá hacerse para ejemplares en cautividad, procedentes de cultivos 'monosexo' y sometidos a tratamiento de esterilidad, en cotos acotados de pesca en la región para impulsar a esta actividad cinegética sin riesgo para la fauna autóctona.
A través de una resolución de la Consejería de Medio Ambiente y Territorio, que se encuentra en fase borrador, se regulará la suelta dirigida a la pesca y, de esta manera, se da respuesta a las peticiones que se habían cursado a la administración numerosos residentes de municipios de la región que practican la pesca de la trucha arcoíris, incluida en el catálogo español de especies exóticas invasoras.
La trucha arcoíris, a pesar de su condición de especies exótica invasora, también es un recurso importante en zonas rurales por su condición de “pescable”, por lo que con una regulación adecuada puede compatibilizarse con la pesca deportiva en cotos reservados para ello, siempre y cuando se traten de ejemplares “sin potencial reproductor procedentes de acuicultura”.
Esta decisión de la Consejería incide en el impacto positivo y económico par la zona que supone recuperar esta actividad cinegética con más de 50.000 licencias en la Comunidad de Madrid, que se vio paralizada tras la decisión del Supremo de prohibir su suelta, hasta que, más tarde, en junio del año pasado, el Congreso de los diputados aprobó una modificación de la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad por la que se amnistió algunas especies invasoras como la trucha arcoíris, la carpa, el cangrejo rojo o el arruí se podían volver a pescar o cazar, en lugar de ser erradicadas.
Las sueltas, como señalan, únicamente se hará en aquellos tramos en que existía constancia de la presencia previa de la trucha arcoíris, dado que "no existía constancia de amenaza grave de afección sobre otras especies autóctonas". De modo que las sueltas de ejemplares de piscifactoría, según los datos de la Comunidad, "no ha aumentado en ningún caso el área de distribución de la especie ni ha conllevado desplazamiento o movimiento de la especie fuera de los tramos donde ya estuviera presente".
En concreto, se alude al embalse de La Jarosa (Guadarrama), embalde de Navalmedio (Cercedilla), embalse de Navacerrada, en el tramo II del coto de pesca de Molino de la Horcajada del río Lozoya (Lozoya del Valle. Canencia, Garganta de los Montes y Gargantilla), el tramo II del coto del Rio Manzanares (Manzanares el Real). Todos estos enclaves están en la orden para el permiso de suelta para pesca autorizada y se añade además el coto de Santa María de la Alameda, en el río Aceña desde el puente de la Carretera M-535, de Robledondo hasta la zona de los huertos.
También apunta Medio Ambiente a una experiencia acreditada de que la suelta en cotos de pesca durante estos años de que los ejemplares soltados no forman poblaciones estables y habitualmente se desplazan aguas abajo de tramos medios o embalses de forma que la presión de pesca ejercida sobre estos escenarios provoca que la tasa de supervivencia a corto plazo "sea mínima".
Aparte, esta medida servirá también como "herramienta de conservación" de otros tramos donde sí existen poblaciones o margen de recuperación de la fauna autóctona al desplazar la presión de la pesca a los cotos de trucha arcoíris, pues otros tramos se estaban viendo "sobrepresionados de forma furtiva observando incluso una merma importante de ejemplares en tramos regulados bajo la modalidad de pesca en 'captura y suelta'". En consecuencia, la suelta de ejemplares de esta especie esterilizados no perjudica a la fauna autóctona ni a su hábitat en su zona de distribución natural.