Muiños do Folón e do Picón. O Rosal (Baixo Miño-Pontevedra)
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Os Muiños do Folón-Picón singular conjunto etnográfico, declarado BIC con categoría de lugar de interés etnográfico por la Xunta de Galicia. Se ubican en dos laderas empinadas del “Campo do Couto”, entre los lugares de Martín e Picón, que aprovechan la caida de agua del río da Cal, encauzado por el hombre y formando los regatos Picón y Folón, afluentes del Carballas-Tamuxe. 60 molinos colocados uno sobre otro salvando un desnivel de unos 175 metros de altura. El más antiguo de ellos data de 1700. En el cruce entre ambos tramos (Folón-Picón), si tomamos (aconsejable) la pista forestal a la derecha (iniciando el sendero por el Picón), llegaremos en pocos metros al río Cal. Bajar por los caminos entre tojos a las impresionantes pozas entre granito con saltos de agua y donde se practican deportes de riesgo como el barranquismo. Retomar camino para bajar a "Os Muiños do Folón".
Alguien definió al sendero más conocido del Concello de O Rosal como un conjunto histórico y etnográfico enclavado en una ruta de las consideradas verdes. Pero después de conocerlo y pasear esta pequeña ruta de unos 3,5 kilómetros, con sus 60 molinos en cascada (36 en la vertiente del Folón y 24 en la de O Picón) y que aprovechan las aguas desviadas del río das Penas y da Cal, tengo que añadir algo más: Ingenio humano, belleza paisajística, tranquilidad, construcción integrada perfectamente en el entorno, lugar mágico… Podría pasarme todo esta descripción cantando lo que para mi significó conocerlos. Solo me resta, antes de entrar en detalles, un adjetivo y un consejo: El primero: IMPRESIONANTE y el consejo obvio, visita obligada a este paraje del Baixo Miño escondido en este hermoso valle de O Rosal.
Esta galería de fotos y el vídeo creo que lo dicen todo. No perderos esta ruta.
Apartado técnico
Llegar al Ponte das Penas no resultó difícil. Ya en la carretera general que una A Guarda con Tui, yo vengo de A Guarda, los indicadores "Muiños do Folón" me conducen sin desviarme al centro rosaleiro que dejo a mi izquierda. Otra señal me lleva hacia la "juradía" (así se conocía antiguamente a las principales parroquias municipales) de Fornelos. En esta población, giro a la izquierda, si sigo de frente me iría a Loureza y Oia, y a unos 400 metros otro indicador. Subo por una carretera donde en el primer cruce dos carteles me indican: A la derecha: Muiños do Picón y a la izquierda "Muiños do Folón", esta última es la carretera que tomo y poco más adelante ya me encuentro un puente y el primer molino, donde un cartel me indica que comienza el sendero.
Como mi acompañante y guía de este Baixo Miño, si habeis leido mi viaje náutico no es, digamos muy andarín, y viendo la planimetría decidimos al reves que mucha gente comenzar el sendero por el Picón, por aquello de calentar los músculos. Al final creo que acertamos.
Comienza con una ruta suave entre pinos y robles por un camino alfombrado de hojas, (las teneis en las primeras doce fotos de la galería).
Pocos metros de asfalto y cemento para ya entrar en materia con el último molino de O Picón, adosado a un restaurante (Casa de la Pintora) que valga la redundancia tiene muy buena pinta.
Un paisano con la amabilidad que caracteriza a los rosaleiros, nos dice que este camino de tierra y granito rotrurado por el paso de los carros durante siglos le llaman “Camino de los Frailes” o “Camino del Carro”, y que cada San Martiño en el 11 de noviembre suben vecinos de toda la comarca a la fiesta-romería del santo de las matanzas, San Martiño (con capilla en este monte en el paraje conocido como “Campo do Couto”).
Seguimos ascendiendo y van apareciendo los molinos do Picón, tres, cuatro, cinco... hasta los treinta y uno ya en el alto da Cereixeira. No son todos iguales, algunos tienen también una cuadra para los animales o escalones de viejas piedras de moler.
Pero si tomais la decisión de subir por esta ladera, no os perdais el volver la mirada para atras, hacia el horizonte, cuando esta naturaleza mágica abre sus ramas hacia el Val do Rosal y el Miño, la luz entra y el paisaje es de los que hacen pararse y disfrutar.
Llegando al alto de la Cereixira o Chan da Cereixeira (Llano del Cerezo) podemos no, hacemos tres cosas, a cada cual más gratificante:
.- La primera subimos hasta donde una obra hidráulica que apaciguó, según dicen los cuadros indicadores del sendero, las disputas por el agua de los vecinos de Fornelos y Martín. En el conocido como Nivel existe una piedra con cuatro agujeros que distribuye el agua para ambas laderas.
.- La segunda y que me resultó sorprendente fue dejar de seguir el sendero y desde los indicadores que veis en la fotos anteriores, tirar por una pista forestal a la derecha que va descendiendo hacia el río da Cal. De entrada y desde el camino la visión del agua bajando en cascada me recordó a otros cauces de alta montaña pero con la diferencia del adorno que ofrece la vegetación. Y aquí, y gracias a que me salió volando la tapa del objetivo de mi máquina de fotos, descubrí bajando por un mal llamado camino, cási cegado por tojos y helechos un magnífico salto de agua que creó una piscina sobre el granito de unos quince a veinte metros de largo por unos diez de ancho. A gritos llamé a mi acompañante que bajó murmurando "no se que", causa efecto de no haber sido boy scout de pequeño pero que al ver semejante obra de la naturaleza la bautizo como la "poza del agua esmeralda". En el granito, varios enganches clavados muestra de que aficionados al barranquismo ya tenían controlado el tema.
.- La tercera, retomado el camino y desviándonos a la izquierda de los primeros molinos de O Folón, la vista hacia el sur sobre el Val do Rosal y desembocadura del Miño y hacia el oeste de la cadena de molinos y la torrentera de agua de los molinos de O Folón. Al bueno de Domi, que le gusta la bici de montaña, la cantidad de pistas que confluyen en este "chan" le animaron la vida, y no podeis imaginaros la barrila que metió bajando o Folón, con que tenía que buscar en Google Earth como poder acceder a ellas. Marcándome tres puntos, desplegue cartografía de la zona, concretamente Cartografía I.G.N. (1:25.000) Nº 299-I Tomiño y felicidad completa, quedó en contarme la ruta que realizará proximamente y me prometió fotografías para ilustrarla. Lo mío ya sabeis es navegar por lo que de acompañarlo en bici, va a ser que no.
Lo cansado de la bajada se ve paliado por las inscripciones en los dinteles de los molinos, cruces con cáliz, ano 1702, que indica la antiguedad de algún molino, Ave Maria, se puede leer en otro, en fin, tantos como edificaciones.
Varias torrenteras y pequeños puentes de madera para salvarlas para terminar placidamente, ya sin pendiente en nuestro punto de partida.
Final del trayecto y firme promesa de que volveré a hacer el sendero. Lo bello, bien cuidado y bien señalizado como está el paseo de Muiños de Folón Picón no puede quedar en el conocimiento de unos pocos mortales.
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La secuencia de las fotografías es inciando la ruta por el Picón.