Ortigueira. Espacio natural. Ría de Ortigueira y Cariño

Imposible separar la historia de Ortigueira del cabo Ortegal, tanto por su nombre como por su escudo formado por los tres «aguillóns» del cabo, sobre los que crece un tallo de ortiga con siete hojas y una corona real. Alfonso X el Sabio le concedió el título que despues confirmarían Enrique III y Sancho IV, por la que no dependería de otro señor que no fuera el rey.

Ortigueira es a la vez montañosa y costera pero con una clara vocación hacia el mar que es su mayor reclamo turístico. Un mar que entra suavemente en la ensenada de Mera y en la ría de Ladrido, el que baña las playas de San Antonio, Loiba, Cabalar, Ladrido, Sarridal, Carro, Fabega y Picón.

La población se concentra en la costa agrupándose en el núcleo urbano de la villa.
La principal riqueza del municipio es la ganadera, siguiéndole la pesquera y algunas actividades industriales, mineras, y madereras.
Hoy el turismo ocupa un importante tramo de su economía. En Abril se celebra una concurrida feria considerada como una de las mejores de Galicia. Se celebra anualmente el festival intercéltico, importante muestra cultural.
Es de obligada visita: Playa de Morouzos-Cabalar y el Humedal de Ortigueira que detallamos brevemente más adelante. El Convento de los Dominicos que forma un conjunto arquitectónico con la iglesia parroquial de Santa Marta de la primera mitad del s.XIV. La iglesia de San Cristobal de Couzadoiro, de estilo barroco de tipología rural, de los s. XVII-XVIII. La Iglesia parroquial
de Santa Marta de Ortigueira, del s. XVIII (1776-1799), estilo neoclásico. El edificio del Antiguo Grupo Escolar, de estilo colonial, diseñado por el arquitecto modernista Julio Galán a principios del s. XX (1909). Propio de la arquitectura indiana. El molino de marea de Pol, molino hidráulico en la desembocadura del río Maior con una piscina para que el agua recogida en la subida de las mareas pueda ser soltada después y mueva el molino. El centro de Ortigueira que destaca por sus casas de blancas galerías, balcones de hierro forjado y jardines, orientadas al puerto, así como por la presencia de arquitectura de indianos de comienzos del s.XX y, sobre todo, por el Barrio do Ponto, el área más antigua, de estrechas calles y pequeñas casas blancas con finales graníticos muy características de la comarca.

Ortigueira espacio natural
En el fondo de esta ría se encuentra uno de los humedales más importantes y bellos de Galicia protegido por el Convenio de Ramsar y incluido en el Registro Natural de Espacios Naturales de Galicia desde el 9 de marzo de 1990.
Un paraje singular de 5 km de playas, aguas cristalinas, sistema dunar bien conservado y bosque, ocupando la superficie comprendida entre la desembocadura del río Baleo, enfrente al islote de San Vicente (isla en pleamar mientras que en bajamar permanece unida a la playa de Ladrido por un consistente arenal), la playa de Cabalar, donde desemboca el río Mera formando la barra de Santa Marta, y la villa de Ortigueira.

La amplia marisma producida por las mareas y los estuarios de hasta seis cauces diferentes, forman un laberinto cambiante donde cada seis horas varía el paisaje combinando áreas palustres complementadas con arenales. En este otro mar interior encontramos un compendio completo de hermosos recovecos combinados en perfecta armonía con el hábitat de numerosas
poblaciones de aves acuáticas y una riqueza faunística y vegetal que por su singularidad se aconseja conocer y disfrutar. En los períodos invernales muchas especies de aves acuáticas encuentran en este espacio natural un refugio y lugar de reposo en sus migraciones.

De su flora destacan los Juncos marítimos y los cañaverales y la vegetación asociada al sistema dunar.
Se contabilizan en el humedal un total de 93 tipos de animales vertebrados, de los que 18 están considerados de importancia internacional siendo las aves el grupo más representado.
Invernan un total de 68 especies migratorias, principalmente el Chorlito gris, Correlimos común, Garceta común, Charrán patinegro, Zarapito real, ánade real, Silbón europeo y Cuchara común. Durante esta época llegan a contabilizarse entre 5000 y 11000 individuos.
Los mamíferos están representados por medio de 9 especies, entre las que destaca la nutria. También están inventariadas 9 especies de anfibios. Tanto los reptiles como los peces tienen una escasa representación. De todos modos existe una especie
propia y exclusiva de la Península en cada uno de estos grupos como son la víbora de Seoane y la boga.
La zona presenta además un importante patrimonio cultural con viejos molinos de agua, de marea y de viento.