Cascada del Xallas. Fervenza de Ézaro. Ruta del Pindo :: Río Xallas. Dumbría. A CORUÑA
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En el último tramo del Xallas tiene un desnivel de 155 metros, y la altura de la cascada es de 40 metros. Destacan especialmente las llamadas Pías o Caldeiras, que son cavidades naturales construidas a lo largo de los siglos por el río, bañadas por transparentes aguas de color turquesa. Desde el pasado 12/4/2011 la cascada ya puede verse todos los días, sin necesidad de mirar el calendario de aperturas programado para los meses de verano y determinados días festivos al año.
La cascada del río Ézaro, uno de los lugares más singulares y bellos de toda la Costa da Morte está repleta de legendarias historias; desamores de princesas, poderes sobrenaturales, encantamientos, ritos... Además es el único río de Europa que desemboca de esta manera sobre el mar.
La banda izquierda de la desembocadura está flanqueada por la gran barrera montañosa, una mole granítica situada junto a la costa, de formas encrestadas y caprichosas, con profundos valles de difícil acceso, que forma y conforma uno de los lugares mágicos de Galicia, el Monte Pindo, que se eleva 627 metros sobre el nivel del mar. Es famoso porque el color rojizo de sus paredes varía en función de la luz del día. El nombre se debe, al parecer, a la semejanza con el Monte Pindo de Grecia.
Conocido también como el Olimpo Celta, según la tradición, sus piedras fueron esculpidas por los antiguos celtas, creyendolo morada de los dioses. Otras leyendas hablan de que sus piedras tenían efectos con la fertilidad, donde tumbaban a las mujeres no fértiles para preñarlas. No perdió su carácter sacro durante los siglos siguientes a la cristianización y fue por ello excomulgado por las jerarquías reales y eclesiásticas. Existen por doquier leyendas de mouras, de hadas, de tesoros y de serpientes e incluso se han encontrado lápidas que testifican la existencia de cultos mágicos derivados de la antigua religión céltica. Las leyendas referidas a él debían ser abundantes y conocidas ya en el siglo XVIII, para que el padre Sarmiento las hubiese recogido en su diario del viaje que hizo a Galicia en 1745. Se habla de la existencia de dos castillos, uno en el alto de Penafiel, que había pertenecido primero a la mitra compostelana y después a la familia de los Churrichaos, y otro, en el alto del Pedrullo o Casteliño, mandado construir por el obispo de Iria Sisnando II, en el siglo X, y derribado por los Irmandiños.
RUTA MONTE PINDO
* Longitud aproximada: 10 kilómetros.
* Duración aproximada: 4 horas.
* Dificultad: media-alta. Pendientes pronunciadas tanto de subida como de bajada al monte.
* Lugares de mayor interés: la villa de Pindo, las formas de las rocas y las panorámicas que observamos durante el camino y las vistas que podemos gozar desde lo alto de A Moa.
* Cartografía: Mapa topográfico 1:25.000, 93-III (O Pindo).
* Señalizado con los colores blanco y amarillo, señales internacionales de senderismo de corto recorrido.
Recomendaciones:
* No subir si llueve, las rocas son muy resbaladizas
* Suele haber mucha niebla habitualmente, conviene esperar un día despejado para disfrutar de verdad de las vistas
* Es facil perderse, ten cuidado y sigue el track del GPS o las indicaciones de la ruta en el monte
Iniciamos esta ruta en la villa del Pindo, camino que sale detrás de la iglesia parroquial. Tras atravesar un riachuelo, el camino va bordeado por vallas entre vegetación, (pinos, laureles y algún acebo).
Seguimos el curso del riachuelo donde vemos algunos molinos abandonados. A medida que ascendemos disminuye la vegetación y el camino se convierte en sendero. Se nos presentan las primeras rocas singulares.
Al kilómetro y medio, vemos a la derecha el alto del Pedrullo (265 m.). En este lugar se dice que estuvo situado el antiguo fuerte de San Xurxo.
Aquí el itinerario gira a la izquierda, por una zona relativamente llana.
A la derecha dejamos el cerro "Onde se Adora", que podría tener relación con un antiguo culto pagano, y el chan das Lamas, una zona llana.
La ruta va siguiendo la vaguada de un pequeño riachuelo y el ascenso se va haciendo cada vez más pronunciado con muchas rocas, en algunas partes hay que ascender echando las manos,
A la derecha dejamos el "Outeiro do Narís", por la forma que adquiere una de sus rocas.
Llegamos al valle de San Lorenzo, una zona abierta y llana, con una altitud de alrededor de 500 m. A la izquierda del camino, nos llama la atención una peña con forma de gigante, denominada el Guerrero.
Desde este lugar el camino sigue ascendiendo en zig-zag, a través de una zona arbolada y entre peñas.
Finalmente tenemos que abordar la cumbre de Moa por la parte oriental, para acceder por la zona norte de a la cumbre del Pindo, que tiene forma de una muela con abundantes pilas. Desde este lugar divisamos impresionantes vistas sobre una amplia zona costera. Hacia el norte, vemos el embalse de santa Uxía, las tierras de la parroquia de Arcos y los montes de la Ruña; al sur, divisamos el valle y la extensa playa de Carnota; y hacia el oeste, el cabo Fisterra, el océano, la ría de Corcubión y las islas Lobeiras. A los pies del monte, la villa del Pindo, Ézaro y la desembocadura del Xallas.
Si no queremos subir y bajar por el mismo camino, una buena alternativa, será bajar por la zona norte, siguiendo el itinerario que parte de Fieiro (Arcos- Mazaricos); o si no, comenzar la subida por Fieiro, que resulta más suave, y bajar a la villa del Pindo. Para eso precisamos dos coches, uno que dejaremos en el punto de salida y otro en el de llegada.
Para llegar a la aldea de Fieiro tomamos una carretera que sale de Ézaro y sube al mirador del depósito de agua de la mancomunidad de Fisterra. Desde allí, seguimos por una carretera que atraviesa el embalse de
Santa Uxía y enseguida llegamos a la aldea.