Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Desembocadura del Asón
Dentro de la Ría de Santoña, toda la extensa lámina de agua, 4.000 hectáreas de marismas, marjales salados y playas, que se nos presenta por proa, babor y estribor, pertenece a un santuario ecológico, un enclave natural de gran diversidad biológica protegido: el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, el principal conjunto de humedales de la Cornisa Cantábrica y uno de los mayores y mejores de la península Ibérica con figuras de protección ZEPA (Zona de Especial Protección para las aves) y Red "Natura 2000".
Limitado y repartido en tres sectores que se corresponden con cada uno de los humedales que lo forman entre los términos municipales (%) de Argoños (4,58%), Arnuero (2,38%), Bárcena de Cicero (11,51%), Colindres (3,57%), Escalante (11,67%), Laredo (4,27%), Limpias (2,25%), Noja (5,33%), Santoña (19,6%) y Voto (147%), además sus zonas adyacente
s pues se incluyen los montes y acantilados marinos del Buciero, Brusco y Montehano.
En Santoña podéis encontrar el centro de interpretación de las marismas en el moderno edificio el ‘Mirador de las Marismas’
Travesia Eguilor. Edificio El Mirador de Las Marismas | Puerto de Santona, 39720 Santoña, España Tfn: +34 942 67 17 24, que ofrece actividades, itinerarios guiados e interpretados, a pie y en bicicleta, observación de aves, visitas a los molinos de mareas y al centro de visitantes. Todas son gratuitas. Llamar con antelación y concertar cita. Las plazas son limitadas.
Las marismas están originadas por la confluencia, en su desembocadura, de los ríos Asón y Clarín. Tras formar las rías de Limpias y Rada, sus cursos se unen dando lugar a la ría de Treto. Esta, a su vez conecta con los canales de Montehano, Argoños y Boo, encontrando la salida hacia el mar abierto entre el Puntal de Laredo y la playa de San Martín, en Santoña.
En este ecosistema se dan las condiciones idóneas para una enorme eclosión natural y principalmente como paso migratorio e invernada de un elevado número de aves, en su mayor parte anátidas y limícolas norte-europeas, junto a las familias de gaviotas.
Entre los invertebrados cabe destacar la anémona, gusana de coco, y gusana de tubo.
La anguila y el salmón son los vertebrados acuáticos que atraviesan la marisma y que forman parte de la actividad de diferentes pesquerías. Existen también salmonetes, lenguados y aligotes entre otros.
Se pueden observar gato montes, jabalíes y corzos en los encinares, matorrales y praderias de la zona donde se han detectado 33 especies de mamíferos
Pero sin lugar a duda por lo que son más conocidas las marismas de Santoña es la avifauna. Su observación abarca todas las estaciones del año, aunque los mejores meses comienzan en agosto y septiembre, con la llegada de las garzas y limícolas. En octubre y noviembre los primeros gansos y patos, hasta que a finales de diciembre y comienzos de enero, se produce la mayor concentración de aves en la Marisma, albergando una población de 10.000 a 20.000 aves, de 50 especies diferentes.
Destacan la espátula ( Platalea leucorodia), de blanco plumaje, que migra desde sus colonias de reproducción en Europa, descansarán en las marismas, antes de proseguir su viaje hacia Africa.
Las garzas reales y garzetas recorren las marismas en busca de peces.
Los ánades reales, ánade silbón, tarro blanco, pato cuchara..., buscan comida entre las plantas acuáticas.
Los patos buceadores se sumergen bajo las aguas más profundas en busca de pequeños invertebrados y algas.
Los cormoranes grandes secan sus alas al sol, después de haber estado pescando con la pleamar en la ría.
Las limícolas, zarapito real, correlimos, chorlito gris, la aguja colinegra.. más de 30 especies diferentes, todas especializadas en este ecosistema, exploran el fango, en busca de pequeñas larvas y gusanos.
Las gaviotas, charranes y aves marinas en general, recalan días de temporal en busca de alimento y descanso.
La representación de rapaces tienen en los milanos negros, el halcón común, o la lechuza campestre a sus representantes.
En el entorno de las marismas de Santoña Victoria y Joyel, existen diferentes tipos de comunidades vegetales bien diferenciadas debido a la multitud de hábitats presentes, praderas marinas, espartinales, salicornias… además de la vegetación marismeña, propiamente dicha, y la variedad de especies que se encuentran en las dunas, playas, bosques de ribera, encinares, acantilados, bosques mixtos de frondosas, matorrales, pastizales, praderías y cultivos atlánticos.
Una diversidad biológica cuya fragilidad, escasez y poca capacidad de renovación exige medidas de máxima protección.
Además de su valor ambiental y paisajístico, estas zonas húmedas cuentan con algunos elementos singulares como son los hábitats cavernícolas, las islas e islotes y un bosque fósil.
No parece poco para ganar una jornada en su visita, lo que se pueda navegando y mejor por tierra.