Corme. Villa percebera sintiendo el Roncudo - Costa da Morte

Con numerosos vestigios de tiempos prehistóricos, los petroglifos y castros abundan en la zona como el Castro de la Isla da Estrela, los primeros datos documentales aparecen en 1105 en el Monasterio de Chavero. Posteriormente aparecerá en documentos como en el “Mapamundi” de Gresques (1375) o de forma destacada en la “Cosmographia” de Sebastián Münster de Basilea (1544).

La actividad pesquera y conservera trajo la prosperidad a principios del s.XX y se convierte en el primer puerto de España de exportación de madera.
Posteriormente, con la guerra civil y posguerra, vendrá una crisis industrial. A finales del s.XX y hasta la actualidad Corme vivirá un nuevo empujón con la explotación del percebe, que tiene su punto álgido con la celebración de la Fiesta del Percebe do Roncudo el primer sábado del mes de Julio.
Visitar: La Pedra da Serpe, roca con una figura de una serpiente alada.
La leyenda cuenta que San Adrián en labores apostólicas libró al pueblo de una plaga de serpientes al golpear con el pie en el suelo.
Todas las serpientes fueron a cobijarse debajo de aquella piedra, quedando una de ellas petrificada en señal del hecho.

Su núcleo urbano formado por callejuelas angostas con viejas casas marineras y la Punta de O Roncudo, bordeando el mar con hermosas vistas sobre la ría y donde se encuentran las cruces más fotografiadas de A Costa da Morte.
En Corme nacieron marinos ilustres: Francisco Antonio Mourelle Da Rúa (1750-1820) que participó en las exploraciones que España llevó en el Pacífico N y trazó las coordenadas de muchas islas de los archipiélagos de Salomón y Tonga. Descansa en el Panteón de Marinos Ilustres de Cádiz o José María Mosqueira Manso (1886–1968) oceanógrafo, ictiólogo y marino, primer técnico que rastreó los fondos vírgenes del río Orinoco. En estas tierras nació el poeta Eduardo Pondal creador de la letra del Himno Gallego.