Caion. La pincelada blanca de Costa da Morte

Villa con una situación privilegiada, tanto por su paisaje como por su mar y su historia, su vida fue y es alrededor de su pequeño puerto.
Una ensenada que mira para levante y así protegerse de los temibles W y NW que azotan de forma virulenta estas mares. Abrigado de los vientos y mares no muy gruesas del S al N por el W, sirve solo para embarcaciones menores.

Antiguamente puerto ballenero, para a medida que caía esta pesquería sus marinos buscaron en otras artes su sustento, teniendo su propia flota hasta la actualidad en donde comparte lámina de agua con el atraque en estadía corta cone la náutica recreativa y embarcaciones de pesca artesanal.
Como no podía ser de otra manera, Caión tiene su barrio de pescadores, conocido como Rueiro das Figueiras donde según la época del año se siente y respira olor a sardina, jurel, rodaballo, marisco, pulpo, percebe... principales productos del mar que ocupan la actividad de su lonja.

Pero como en muchas localidades pesqueras, la actividad mengua y es el turismo quien viene a ocupar puestos destacados en la econopmía local.
Caión supo y sabe aprovecharse de sus recursos con una buena oferta hostelera. Turismo de naturaleza y turismo activo, principalmente el Surf, este con la Playa de Salseiras también conocida como Caracoliño un referente, un "beach break" que funciona con varios vientos, siendo las mejores condiciones con vientos del sureste y mar del noroeste. Su fondo de arena provoca varias rompientes, destacando tres picos, uno de izquierdas al lado derecho cerca de las rocas, otro pico de derechas justo haciendo limite a la playa contigua conocida como "Carce Vella", estos dos en marea media - alta.

En cuanto a aquellos que buscan paisajes, que os parece si os digo que desde la Atalaya se divisa desde el Cabo Prior (Ferrol) hasta las Islas Sisargas y el Cabo de San Adrián (Malpica); y esta acompañado de un paseo marítimo que recorre en sus dos kilómetros, la playa y el entorno natural de sus alredores, donde la mar, y esto implica impresionantes puestas de sol, muy buenas vistas, o incluso esimismarnos en la inmensidad del piélago