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Nacho Braquehais. Conoce como pocos cada uno de los entresijos de la Copa

Si Valencia ya puede presumir de ser la sede de la Copa del América de 2007, antes podía hacerlo ya por contar con uno de los mejores patrones españoles. Nacho Braquehais fue, además, el único valenciano que participó en los desafíos españoles de 1995 y 2000, experiencia que le permite conocer como pocos el desarrollo de la prueba y los efectos que tendrá sobre la ciudad.

El valenciano Nacho Braquehais conoce como pocos cada uno de los entresijos de la Copa del América. Ha participado en dos de las tres ocasiones en las que España ha tomado parte (1995 y 2000) y ahora escucha ofertas para competir en la edición de 2007. También ha servido de punto de contacto de la organización en Valencia. Los suizos le encargaron el pasado verano la medición de los vientos de Valencia y la recopilación de otras informaciones fundamentales para determinar la elección de la ciudad como sede.

-Usted ha participado en dos ediciones. Conoce muy bien la competición y todo lo que arrastra. ¿Qué puede reportarle la Copa del América a Valencia?

-Muchísimas cosas y todas muy positivas. Una Copa del América de vela mueve millones y millones de euros y cambia una ciudad. En el caso de Valencia nos puede girar definitivamente hacia el mar y solucionar así una asignatura pendiente. Todo va ir en beneficio de Valencia. Y económicamente es buenísimo. Hay que tener en cuenta que va a venir gente de todo el mundo con lo que Valencia se va a poner las botas en todos los sentidos.

-Al principio nadie daba un duro por Valencia. Pero fue pasando los cortes en silencio y al final ha sido elegida. ¿Qué tiene Valencia que no tengan el resto?

-Sí, las mejores. En el tema del viento, que es importantísimo, Valencia tiene poca competencia, porque son constantes y con una media de nudos excelente durante todo el año. Los suizos buscaban un lugar con un fuerza media del viento de 12 nudos y a Valencia ahí no le gana nadie. Cuando me pidieron el pasado verano que hiciera la medición sabía que íbamos a ganar. Aparte, el campo de regatas también es excelente porque no hay accidentes geográficos cerca y eso es muy bueno. Lo único que podría preocuparnos es la gota fría, pero la época de tormentas no coincide con la fecha de la competición. La conclusión es que la organización buscaba un sitio en el que todos los días se puedan hacer regatas y Valencia cumple esa condición principal.

- Mucha gente no entiende el funcionamiento de la Copa del América. Se celebra en 2007 pero dura 4 años. Explíquenos eso.

-Se trata de la competición de vela más importante del mundo y eso requiere tiempo de preparación, de adaptación al medio, a la ciudad, etc. Los equipos desafiantes comenzarán a venir en unos pocos meses para ir instalándose y empezar así preparar los entrenamientos y estudiarlo todo. Estarán aquí hasta que se celebre la Copa Louis Vuitton, en la que se dedice qué barco desafiará al ganador, y hay que tener en cuenta que todos vienen preparados para ser el ganador. Hay mucho dinero detrás.

-Cuando a usted le llamó Pedro Campos para formar parte del desafío español en 1995 tenía 26 años. ¿qué le supuso aquello?

-Fíjate. Aquello me llegó de rebote, a última hora...¡y era para competir en una Copa América! Aquello me dio mucha experiencia.

-...Y su despegue como regatista de elite. Desde entonces, Nacho Braquehais está entre los primeros en las grandes regatas...

-Como te decía, fue un empujón a mi trayectoria. Uno pasa de estar ahí, esperando a ver qué pasa, a dejarlo todo y a meter cabeza. Estar en la Copa del América supone, para un regatista, dar un paso muy grande. Y eso fue lo que me sucedió.

-Y tanto. Volvió a formar parte del equipo español en la edición del 2000.

-Sí, ahí me llamaron para ser trimer de mayor, que es el cuarto puesto por importancia del equipo. Eso ya fue lo máximo, y una muestra de confianza hacia mí que me llenó de alegría.

-Si España presenta un desafío, supongo que formará parte del equipo...

-Está claro que tenía que salir algún equipo, porque el hecho de que se celebre en Valencia abarata mucho los gastos. En todo caso, tengo ya varias ofertas para participar con otros equipos. Esto es como el fútbol: lo eliges como profesional.

- ¿Se puede decir que España fracasó en los tres desafíos que presentó?

- No, no es así exactamente. Es un proceso de aprendizaje, hay que ir poco a poco, y de momento los españoles hemos ido aprendiendo en esas dos primeras participaciones. En el 2000 había un equipo muy bien estructurado y con mucha experiencia, pero ahí nos perjudicaron otros factores. Se optó por un barco para viento, pero éste cambió radicalmente y nos vimos privados para ganar. La vela se puede comparar con lo que ocurre con la Fórmula 1. Nunca verás que llega una escudería nueva y se pone a ganar carreras y el Mundial. Además, detrás está el equipo de diseño, que tiene que ir perfeccionando el material. Es como la Fórmula 1 pero aplicada a los barcos. Es todo un mundo. Cada diseñador es especialista en un mar. Marcelino Botín, por ejemplo, es uno de los mejores especialistas en el Mediterráneo.

-Eso quiere decir que los suizos ganaron la última edición por ser los más adelantados en aeronáutica.

- Los suizos formaron el mejor equipo del mundo a base de mucho dinero. Aquí el dinero es lo que manda. Cuánto más te gastas, más posibilidades tienes de obtener mejores resultados. Hay que tener en cuenta que aquí entra en juego la ciencia para el diseño del barco. Eso sí, ahora ya no hay tanta diferencia, apenas existen, porque casi todo está inventado. En las ediciones del 92 y el 95 las diferencias entre un barco y otro podían ser de 4 ó 5 minutos. Ahora son de segundos. Eso hace que otros aspectos ganen importancia. Antes el diseño de los barcos era libre, y ahora existe la clase Copa América. Es una nueva fórmula que deja campo libre a algunos detalles, y esto hace que sea más competitivo.

-Entonces, ¿qué otros aspectos ganan importancia?

- La calidad y experiencia del equipo, por ejemplo. Y esto es mejor para la competición, porque hace que sea más vistoso, y para el tripulante es más estimulante. Las regatas no se deciden, en muchos casos, hasta el final. También son importantes las decisiones del equipo ante las previsiones metereológicas. La misión del metereólogo es fundamental, porque según lo que diga tienes que ir ajustando el barco.

- Ha dicho antes que es fundamental la compenetración del equipo. Eso se consigue entrenando, supongo.

- El entrenamiento, lógicamente, es importantísimo, pero también entra en juego, y mucho, la experiencia. En el caso de que España participe con un Desafío en Valencia hay algo muy importante ganado: ya hay una sólida base, hay mucha experiencia. Lo importante es que los 15 miembros del equipo estén perfectamente sincronizados y que cada uno sepa lo que hacer y en qúe momento.