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La narcosis, el éxtasis de las profundidades

 La narcosis, el éxtasis de las profundidades

Guillaume Néry nos sumerge en las tribulaciones de las profundidades del mar, en los efectos iracundos más allá de los cien metros de profundidad.

La sensación de libertad bajo el mar. Los océanos cubren el 71% de la superficie de nuestro planeta Tierra, un espacio poco conocido que siempre ha generado una atracción sobre el individuo. Poder ir más allá del horizonte, alcanzar otros continentes, extraer sus riquezas o intentar penetrarlo para poseerlo.

 

Guillaume Néry, campeón del mundo de apnea hasta los 113 metros de profundidad

 

Lo que se dice “bucear a pelo”, conocido como “apnea”, ahora es una práctica deportiva extrema, el lograr sumergirse hasta lo más profundo con tan solo una bocanada de aire.

 

Durante muchos siglos, en las aldeas pesqueras de Japón se practicaba la pesca bajo el mar, lo realizaban mujeres buceadoras, lo que se conocía como “Ama”. Se lanzaban al mar en busca de los mejores alimentos, y sí lograban capturar una perla en el interior de una ostra les había tocado el mejor premio para el que se habían preparado desde su juventud.

 

Mujeres buceadoras japonesas , lo que se conocía como “Ama”.

 

Ahora la práctica del buceo en apnea es exclusiva de los buceadores deportivos, que han encontrado en esta modalidad de surcar las profundidades marinas una vía hacia lo extremo, hacia un filo de navaja entre la vida y la muerte. Hacia un submundo de sensaciones trópicas, hacia la dualidad del mensajero químico entre hormona o neurotransmisor. A padecer los efectos de la narcosis, la alteración reversible del estado de conciencia del individuo en el buceo.

 

Guillaume Néry, campeón del mundo de apnea hasta los 113 metros de profundidad, que aguanta sin respirar bajo el agua hasta 7 minutos; que ha llegado a esta actividad deportiva por un sueño de niñez, quería ser astronauta pero descubrió la vida bajo el mar, ha dado un paso más allá produciendo video submarinos sobre la apnea, en lo que para él es una forma de vida el crear junto la también francesa Julie Gautier una nueva visión de la sensación de libertad en el interior del agua.

 

Narcose, rozando el peligro de muerte. Cada año se produce alguna muerte por buceo de apnea, pero Guillaume Néry y Julie Gautier, cineasta y también buceadora de apnea, intentan ofrecer otro punto de vista sobre el buceo libre, no pretende mostrar los récords o la profundidad, sino enfatizar sobre la belleza de este deporte.

https://www.youtube.com/watch?v=v11b84Okcm8

 

A los cien metros de profundidad los lóbulos pulmonares se reducen al tamaño de dos naranjas, para lo cual los buceadores de apnea deben de realizar ejercicios de relajación, y cumplir una serie de protocolos estrictos para no llegar al punto de no retorno de la narcosis. Para Guillaume Néry la clave en la apnea es “la relajación y la aceptación”: «si lo usas contra la presión sentirás el dolor y la incomodidad, y puedes hacerte daño».

 

La película Narcose habla sobre las alucinaciones que sufren los buceadores a pulmón cuando bajan a mucha profundidad, a partir de los diez metros de profundidad; y más allá de los 90 metros los síntomas son alucinaciones, aumento de la intensidad de la visión y la audición, sensación de apagón inminente, euforia, mareos, sensación de levitación, alteración de la percepción del tiempo, cambios en la apariencia fácil, perdida del conocimiento, muerte.

 

Una vez Néry tuvo una alucinación, se vio casándose con su novia Julie. “Las narcosis de las profundidades no siempre son agradables, a veces pueden ser escalofriantes, si me siento ansioso antes de bucear, cuando estoy abajo puede ser una autentica pesadilla”, comento él.

 

Evidentemente la película Narcose versa sobre los efectos alucinógenos de las profundidades, pero la grabación se ha realizado a mucho menos profundidad por cuestiones técnicas en cuanto al uso de cámaras, otros buceadores, e incluso parte del trabajo se ha filmado en un lago.

 

Néry lleva un tiempo de año sabático como buceador de apnea, en parte tras la muerte de una buceadora estadounidense en un campeonato en las Bahamas. Así que lo está aprovechando para producir películas como Narcose, y la última Ocean Gravity donde busca el máximo de plasticidad en la simbiosis el mar individúo.

 

c) Dury Alonso