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El Tribunal de Comercio de Marsella dictamina la liquidación judicial del astillero de reparación Unión Naval Marsella (UNM)

El Tribunal de Comercio de Marsella dictamina la liquidación judicial del astillero de reparación Unión Naval Marsella (UNM)

El Tribunal de Comercio de Marsella ha dictaminado la liquidación judicial del astillero de reparación Unión Naval Marsella (UNM), filial de Boluda Corporación Marítima.

Tanto la dirección de UNM como la fiscalía se habían pronunciado a favor de una liquidación judicial “inmediata”. El Tribunal concluye que, a pesar de los argumentos de los trabajadores, la cartera de pedidos de la empresa es prácticamente nula y no permitiría garantizar la actividad sin generar nuevas deudas. Además, considera que UNM no tiene capacidad para hacer frente a sus deudas y que reflotar la compañía es “manifiestamente imposible”.

El cierre de Unión Naval Marsella supone el fin del sector de la reparación naval en el puerto de Marsella, que hace 30 años daba empleo a más de 6.000 personas. Boluda Corporación Marítima adquirió la antigua Compagnie Marseille Réparation en 2006 y creó Union Naval Marseille. “En 2007, reparamos un número de buques 5 veces superior a la media de los últimos 10 años”, ha recordado Francisco Arderíus, director general de la división de reparación naval de Boluda Corporación Marítima. “Logramos que contrataran nuestros servicios armadores tan prestigiosos como Carnival y MSC y obteníamos beneficios. Habíamos firmado un acuerdo para aumentar los salarios un 3% cada año y para que los empleados participaran de los beneficios. Lo nunca visto en la historia de la reparación naval de Marsella.”

Sin embargo, según explica Arderíus, a partir de junio de 2008 los pedidos empezaron a bajar, debido a las continuas huelgas en el puerto de Marsella contra la reforma portuaria: “Los armadores buscan en los puertos paz social y esta situación nos afectó notablemente”. El pasado mes de enero, la empresa convocó un Comité Extraordinario y pidió a CGT su colaboración para superar juntos la situación. “Nos respondieron en 48 horas con una huelga y empezaron a impedir la entrada a los trabajadores de las contratas, lo que agravó aún más la situación, que se saldó con siete despidos, intimidaciones y amenazas de muerte.” Dos meses más tarde, la compañía presentó suspensión de pagos y finalmente el Tribunal ha dictaminado su liquidación judicial. Un total de 500 trabajadores se han quedado sin empleo. De ellos, 150 eran fijos y el resto procedentes de contratas externas. “Ahora estarían todos empleados, pero CGT tenía que ganar el pulso. Tiene un peso específico muy grande en Francia. Incluso las autoridades lo reconocen y no hay ninguna empresa que haya ganado un litigio contra ellos. En este caso, la avaricia ha roto el saco. La actividad iba muy bien y se ganaba dinero. Estamos hablando de operarios con sueldos netos de 2.500 euros al mes. Nos dejaron la cartera de pedidos vacía de forma inevitable y perdimos todo el esfuerzo comercial realizado, porque los armadores ya no tenían garantías y se iban a otros sitios. El puerto de Marsella está sometido a una lucha de poder en todos los ámbitos.”

Aunque parte del trabajo que se realizaba en el astillero de Marsella se trasladará al de Unión Naval Barcelona, muchos de los pedidos se perderán, porque el astillero catalán no puede acoger a los buques de mayor tamaño.

Tras conocerse la citada decisión del Tribunal de Comercio de Marsella, la Autoridad Portuaria de este puerto ha confirmado que quiere mantener la actividad de reparación naval y ha mantenido reuniones de carácter urgente para buscar una nueva empresa interesada en ello.